[Colombia] Laura y Juan Manuel... Santos

La madre Laura Montoya será la primera santa en nuestro país. Lo malo es que le sirve al uribismo para decir que aquí no hay Santos.

Mañana es el Día de la Madre. La madre de la vida, el ser maravilloso que nos cargó en el vientre y nos recibió entre sollozos de dolor y de amor; que no comió por alimentarnos; que no durmió por arrullarnos; que no estrenó por vestirnos, que se mató por protegernos.

Mañana es el día de ellas y desde ya les entrego a todas mi ramo de rosas rojas y una tarjeta en la que dibujé mi gratitud, con el mismo lápiz con el que aprendí a escribir mamá. Un millón de gracias, un millón de rosas a todos las Carmen Rosas, a todas las madres amorosas, a Adriana, el bello amor de cada mañana. Y a las que hoy lloran a sus hijos que se han ido por siempre, prematuramente, les ofrezco la flor de la fortaleza, que, como Dios la riega todos los días, no se marchita jamás.

Ya ven cómo me inspiran las madres. Y a veces, unas mamacitas. Pero mañana es también el día de la madre Laura Montoya, quien montó ya en el caballo alado que la llevará a los altares de Dios como la primera santa colombiana.

Antioqueña, antioqueñita, de Jericó, es la madrecita. Tuvo un paso terrenal difícil, pero ejemplar, evangelizador, murió en olor de santidad y obró milagros. Por ende, el papa Francisco la santificará en la plaza de San Pedro. Sí, será la primera santa en nuestro país. Qué bien. Lo malo es que le sirve al uribismo para decir que aquí no hay Santos. Con este motivo viajó a Roma el presidente Juan Manuel, acompañado de una comitiva muy devota y mocasín. Él, muy a lo colombiano, le lleva al papa “lo que produce la tierrita, sumercé”: una Virgen hecha de barro trabajado en Ráquira, tierra de gente ‘berráquira’, cuna del inmenso carranguero Jorge Velosa.

El mandatario será recibido por el Pontífice romano después de la misa de canonización. Francisco santo, o sea el sumo pontífice, se comprometerá a ayudarnos con la paz, que él, el Mesías y casi todo el mundo sabemos que hay que negociar, eso sí, con más reparación que impunidad. Santa Laura, en vos confiamos. Porque si esto fracasa, que Dios nos jericoja confesados.

Nuestro mandatario anda entre el papa y las papas. Acaba de dejar la huelga de paperos, con sus justos reclamos, pues como casi todos los del agro, trabajan a pérdida, sobreviven de mil-agro. Boyacá y Nariño son los departamentos que más mueven las turmas –así se le dice a la papita–. Los labriegos salieron a manifestarse, con todo el derecho. Lástima que, según parece, también cultivaron papas explosivas. Vimos a unos lanzándolas por debajo de la ruana. Como en los bultos, ¿serían gusanos revoltosos infiltrados? Pero, como de milagros hablamos, lograron ayudas por 70.000 millones. Este gobierno en subsidios ha resultado buena papa.

Siguiendo con Santa Laura, creo que en realidad es una santa, que sigue obrando milagros. Uno de ellos, que la Corte Constitucional tumbara las megapensiones de más 25 millones de pesos para congresistas y magistrados. Va la madre que era una ofensa para los millones de pensionados con el mínimo, para los del rebusque, para los miles que viven en la miseria o esperando eternamente una pensión. Con el decreto de la Corte, que es como nuestra santa judicial, se ahorran 50.000 millones al año, se acaba el odioso ‘carrusel’. Gracias por parar este desmadre.

Santa Laura de Jericó va a tener muchas peticiones. La paz, claro. Pero le encomendamos el problema de la salud. Si hoy viviera, tendría 139 años, y con sus problemas de colesterol, es posible que le tocara un calvario en urgencias. Este es un país que ya tiene drones, pero tiene más ladrones. Así que, Santísima Laura, cuide los billonarios recursos de la salud. Que la reforma salga en favor de los enfermos, no de los políticos y empresarios. En vos confío.