Después del fiasco que ha significado el intento del “Humalismo” de adquirir la empresa Refinería La Pampilla S.A. (Relapasa), con un enorme costo político, que ha generado desconfianza en los inversores y molestia a la variopinta izquierda nacional; se ha iniciado un etapa de acusaciones a diestra y siniestra, dirigida a los capitostes y principales funcionarios de los gobiernos de Alan García y Alejandro Toledo. En política no hay casualidades y es muy oportuno preguntarse: ¿cuál es el origen de este carnaval acusatorio?
La intervención protagónica del procurador del estado lleva a pensar que el gobierno quiere oficiar de gran titiritero, siendo los fines el amedrentamiento de los opositores y de maniobra de distracción de la opinión pública. Lo que está consiguiendo es todo lo contrario a lo que se aspira, se ha exacerbado el ánimo de los adversarios y los perseguidos se están victimizando. La nula pericia política de los gobernantes hace que haya efecto boomerang.
Este gobierno cuya prédica de promesas está plagada de megaproyectos de cifras billonarias, no ha reparado que los funcionarios de las gestiones anteriores son materia de señalamientos por obras que son del orden de cientos de millones de dólares. Pueden ir imaginándose lo que ocurrirá cuando se intente cerrar proyectos como el de modernización de la Refinería Talara, de un costo del orden de 1,200 millones de dólares o el gasoducto sur peruano, que está valorizado en cerca de 3,000 millones de dólares. En ambos casos la tasa interna de retorno es prácticamente inexistente y si no se norma para hacer egresos y obtener endeudamiento en calidad de costo hundido, habrá más críticas que las vividas con el caso Relapasa y denuncias ante el congreso y el ministerio público en mucho mayor número de las que hoy se promueve en las altas esferas del oficialismo.
El desconocimiento absoluto en el oficio de gobernar, devendrá en que “Humalismo” será recordado en el gobierno que no inaugurará ninguna obra pública de proporciones. En ese contexto el burdo proselitismo a favor de Nadine Heredia no servirá de nada bueno, más bien será materia de exigencias de investigación a la contraloría general de la república que fácilmente terminarán en denuncias.