Hoy por ti, mañana por mi

Para todos los peruanos conocedores de nuestra historia, rica en pasajes heroicos pero indignante en asuntos internacionales, conflictos con Chile, Colombia, Brasil, Ecuador, de los cuales nuestro territorio fue recortándose cual un pedazo de torta ya sea a la fuerza o en aras de una buena amistad con nuestros vecinos, la verdad es que siempre en cuestión de conflictos extranjeros, salimos con el rabo entre las piernas, basta recordar el conflicto con el Ecuador donde Argentina en plena gestión de arbitraje le vendió armas al Ecuador.

No es de extrañar que nuestro patriotismo haya ido perdiendo confianza paralelamente con nuestra alicaída democracia, en especial cuando vemos todavía a muchos políticos defendiendo democracias ajenas, más atentos en cuestiones extranjeras cuando tenemos en nuestro país peruanos esperando que esta democracia se acuerde de ellos.

Hoy le toca al turno a Venezuela , hoy nuestro país es su plataforma política porque han encontrado el terreno propicio gracias a un congreso donde muchos integrantes no han aprendido de la historia , aprendieron a juzgarla o condenarla pero no a tomar conciencia de los errores pasados, esta vez a  los congresistas ,alcaldes y demás funcionarios venezolanos les toca decir “hoy por ti mañana por mí” en defensa de su democracia valiéndose de un convenio en términos de UNASUR recaído justamente en el país que más ha perdido internacionalmente , Perú.

Hoy los demócratas hablan del peligro que afronta la democracia, ¿la democracia de quién? , al final nos sometemos a defender lo extranjero, mientras muchos de ellos llegan a nuestro país a enriquecerse con el esfuerzo del pueblo peruano y nuestros recursos.

La subsistencia de una democracia como estilo de gobierno se defiende en cada casa, familia pueblo o país, se defiende afrontando directamente los problemas  sin pedir escudos ajenos, en el Perú hemos tenido golpes militares, con dictaduras muy severas, logrando retornar a la democracia por nuestros propios medios, vencimos al terrorismo enemigo implacable y destructor de todas nuestras instancias democráticas, en todos estos conflictos hemos salido airosos no con ayuda extranjera , en todo caso entidades extranjeras como la OEA solo  han servido para ser simples observadores en épocas electorales .

Si Ollanta no puede desprenderse de su socio chavista siendo incapaz en defender nuestra autonomía, nuestro congreso elegido por todos los peruanos, tienen el deber de proteger primordialmente nuestra soberanía, todos los congresistas sea cual fuera su bancada deben velar primeramente por el buen funcionamiento de la democracia aquí en Perú, por consiguiente no ser árbitros ni mediadores, para ello están los funcionarios elegidos en los  organismos internacionales competentes.

Todos los países hemos sufrido conflictos políticos unos más que otros, pero siempre ha prevalecido el triunfo de la voluntad del pueblo , es el mismo pueblo quien debe tomar las riendas de su destino , Venezuela tiene ese deber y no conseguirá una verdadera democracia si continua buscando escudos o trincheras extranjeras,  pueda ser que el desenlace sea perjudicial para el pueblo venezolano , pero es así como se ganan las batallas ,con sacrificio, convicción , por conciencia nacional , surgida del mismo pueblo, tal y como aquí en Perú conseguimos derrotar el terror y defender nuestra democracia.

Hoy “por ti” mañana “por mí”, esta frase nuestros políticos la han aplicado en toda nuestra historia con resultados fatales porque quien más ha perdido es el Perú, porque siempre ha sido “por ellos” la pregunta es ¿cuándo será “por el Perú”?

Nuestras nuevas generaciones, los jóvenes, deben tomar conciencia nacional, erradicando esa infame ascendencia del pasado cuya complacencia nos ha tildado de gallinas o pavos, la amistad tiene límites, ser buenos vecinos implica discernir para no afectar  intereses propios o ajenos.

Aún no hemos conseguido una autentica reconciliación, podemos ser la voz libre y democrática para expresar injusticias , pero no caigamos en el juego de enfrentarnos unos a otros, debilitando aún más nuestro gobierno, montándonos en un problema cuya solución le corresponde íntegramente al pueblo venezolano.