[Colombia] Santos al agua

El presidente Santos dijo que aún no se lanza a la piscina reeleccionista, aunque se le notaba la pantaloneta puesta. La campaña prendió motores.

Tenía hoy un tema ‘chirriado’, como dicen los cachacos. Pensaba hablar sobre la propuesta de la FAO de que comamos más insectos para el consumo humano para prevenir el hambre, incluso porque contienen más proteínas y engordan menos. La dieta puede ser de grillos, orugas, abejas y abejorros, avispas, moscas, escarabajos, hormigas… A mí solo me gustan las culonas. Con su cintura de avispa, las hormigas santandereanas son una delicia. Lo de comer escarabajo… solo sé que les gusta a unas amigas, enamoradas de los ciclistas.

Dice la FAO que comer insectos es cosa de cultura. A lo mejor. La langosta gusta en las altas esferas. Pero yo me pondría mosca frente un plato de cucaracha tostada. A otra amiga le fascinaba el grillo, pero es porque así llamaban al jardinero, que hacía parte de su dieta balanceada. En fin, ¿qué insecto se comería usted sin cerrar los ojos? ¿Se imaginan unas moscas en aceite de oliva como pasabocas? Pero de qué nos quejamos, si aquí nos toca tragarnos unos sapos, que Dios santo…

Como sorpresas nos da la política, pasamos a otros manteles. Ayer nos desayunamos, sobre las 9 a.m., con un plato fuerte. El presidente Santos dijo que aún no se lanza a la piscina reeleccionista, aunque se le notaba la pantaloneta puesta. Y ya escogió los amigos de paseo.

Me pareció simpático que en este diario en Internet, debajo de la foto donde Santos lanzaba el equipo de campaña para la reelección decía: ‘Choque entre dos articulados’. De inmediato pensé en el articulado y hormonado del gobierno pasado. ¿Será Uribe muy articulado? Choque sí hay desde hace rato, y con varios heridos, que no cicatrizan.

“Yo de política entiendo menos que de clonación de células, madre”, le dije a mi nombrada vieja. Pero ya veo el embrión de la reelección. Santos destapó el póquer y la campaña prende motores.

La renuncia del ministro estrella, de Vivienda, Germán Vargas Lleras –que sin duda ha hecho una gran tarea y es reconocido con gratitud por los destechados–, para irse a la Fundación Buen Gobierno, junto al exembajador Gabriel Silva, a María Emma Mejía, al general Naranjo, Juan José Echavarría y Juan Mesa, tiene cabezones a los politólogos. Y a los furibistas, comiendo insectos. Buen equipo. Lo del general es hábil, pues Uribe le quería sacar el jugo a Naranjo. Pero Santos sabe que el que a buen árbol se arrima buena fruta le cae encima. El general es un presidenciable. Y qué decir de Vargas Lleras. Y los demás con pinta de ministros. ¿Voy bien como analista?

Los expertos ayer se devanaban los sesos y se rascaban las esas. ¿Y Vargas Lleras qué pitos toca?, se preguntaban. Que es la jugada de Santos para tenerlo listo como fórmula en caso de un desplome en las encuestas; que será el vicepresidente; que no, que él quiere la Alcaldía de Bogotá. ¡Vaya, valla! ¿Y María Emma? ¿Cuántos serán ministros de gabinete? Báilenme ese trompo en la uña del dedo meñique mientras con la otra mano desenreda la pita.

En todo caso, la cosa está en que Santos, como director de orquesta, pide que siga el concierto cuatro años más, pero con la misma partitura. ¿Entonces? Blanco es, de 1,70, en Palacio come.

Hay gallo en el ruedo. Faltan los demás, los que salgan bajo el sombrero aguadeño. Se dice que el proceso de paz va a definir mucho. Las Farc tienen que ser realistas y apurar el paso. Porque tienen dos caminos: uno, negociar; el otro, correr. Porque ya sea Santos, Vargas Lleras, o el clon de Uribe, con aquel o con este, como en el oeste, les pondrán el cartel ‘Se busca vivo o muerto”, y pueden terminar como comida para insectos.

Esto se puso bueno. Que santa Laura de Jericó nos ayude.