Falleció esta mañana en su hogar, en compañía de los suyos que lo amarán por siempre, mi sobrino y ahijado Héctor Enrique Yarasca Huanacune, primer hijo del hogar que conformaron, uniéndose ante Dios, Rosaura, mi hermana, y Héctor. Se fue, me dijo emocionada su madre, en brazos de Jorge, su hermano, luego de haber soportado estoicamente el terrible daño que le causó un accidente automovilístico a inicios del mes abril del año pasado.
Tenía Héctor Enrique al partir poco más de 32 años y 7 meses de edad. Deja, yendo al encuentro de nuestro creador, una estela luminosa tras de sí que resplandecerá siempre que nosotros dirijamos la mirada al porvenir buscando sosiego y fuerzas para avanzar con optimismo. Su actitud frente a la vida, su singular inteligencia, la fe en su destino, el amor que conoció amando intensamente a Carolina que lo acompaño hasta el final, nos servirán siempre como ejemplo.Como algo digno de emular.
¡Descansa en Paz Héctor Enrique!