Si bien es un asunto del que se habla hace mucho tiempo, lo cual no ha ayudado a cambiar actitudes y prácticas entre las partes involucradas, un reciente estudio encargado por la Contraloría General del Estado ha confirmado que las verduras y hortalizas que se cultivan y cosechan en la región de Mecapaca, al sur de La Paz, están contaminadas por el agua empleada para riego.
En efecto, una auditoría ambiental a la cuenca del río La Paz, que riega las tierras de cultivo de Avircato, Huaricana, Millocato, en el municipio de Mecapaca, ha encontrado que vegetales y hortalizas que allí se cultivan tienen arsénico, cromo, cobre y otros elementos tóxicos, además de microorganismos como la escherichia coli o la salmonella.
El estudio, realizado por el Instituto Nacional de Laboratorios de Salud, consistió en una evaluación fisicoquímica-bacteriológica y microbiológica de las aguas de riego y de la tierra de labranza, y una evaluación microbiológica y toxicológica de los productos agrícolas regados con ella.
La ingestión de arsénico, cromo, cadmio, níquel, zinc y otros “incrementa el riesgo de aparición de tumores y de enfermedades en los aparatos digestivo, respiratorio y reproductivo con consecuencias no sólo para el consumidor sino para su descendencia”, advierte el informe de la auditoría. Las bacterias y parásitos encontrados son la causa de diarrea, flatulencia, vómitos, pérdida de peso, así como gastritis y otras infecciones intestinales potencialmente mortales.
La principal causa está en que la cuenca del río La Paz es que concentra las aguas residuales de toda la urbe paceña, las domésticas, incluyendo las del alcantarillado, las industriales, que no tienen tratamiento, y hasta los residuos de actividades mineras, y son usadas para el riego y el consumo humano en las comunidades de Mecapaca.
Dada la gravedad de la situación, la Contraloría reclama acciones urgentes, y plantea, entre otras, las siguientes recomendaciones: al Gobierno Municipal de La Paz, que elabore un proyecto para colectar y tratar las aguas contaminadas; a la Gobernación, que incremente el número de funcionarios que controlan las descargas de aguas residuales; a la Alcaldía de Mecapaca, que asegure la implementación del modelo de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (Safci), de mesas municipales de salud y atención a través de visitas; a la Autoridad de Agua y Saneamiento Básico, asegurar que EPSAS modifique los estándares de control de descargas al sistema de alcantarillado; y al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, coordinar con el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) y las alcaldías de La Paz y Mecapaca para proponer y realizar acciones que garanticen la calidad sanitaria de verduras y hortalizas.
Hay, pues, mucho que hacer al respecto, y es más que urgente.
(*) Artículo publicado en el portal del diario boliviano La Razón (23 de mayo de 2012)