7 Pautas para ser un Dios sobre la Tierra (Parte 5)
Cuando decidimos encarnar en este planeta lo hicimos con un motivo: actuar como canales transformadores de energía, que activaran el despertar de la Tierra. Luego nos olvidamos, y lo único que transformamos fueron nuestras vidas, en extraños y complejos dramas en los que nos quedamos enmarañados. Eso hizo que deseáramos más de una vez, vernos exentos de los desafíos terrenos que nosotros mismos construimos: no trabajar más! no tener que conseguir dinero! No tener que preparar comida, vestirse, pagar las cuentas, lidiar con horarios, estar presentables, vernos lindos, estar sanos, etc, etc, etc.
Y qué ocurrió: se nos acabó el plazo. El planeta tenía una cita que cumplir, con un ciclo galáctico y de repente: Ups! Llegó el 2012! Sin tocar la puerta, comenzaron a llegar las frecuencias más elevadas provenientes del Centro de la Galaxia.
Nuestra consciencia está siendo impulsada en este momento, a ascender hacia una quinta dimensión, y aunque esto es lo que internamente, todos anhelamos… el proceso puede que nos genere algunas dicotomías: entre ellas, un cansancio asociado al trabajo que implica mantener una vida física. Nos gustaría simplemente “tirar la chancleta” y dedicar mucho más de nuestro tiempo a lo “espiritual”.
Lo que aquí nos está faltando entender, es que la materia, nuestro cuerpo… también es “espiritual”. Elegimos estar aquí hoy, y lo hicimos desde el Espíritu. Cuando la vida en la materia se nos empieza a tornar en un tedio, lo que está ocurriendo no es que debamos dejar de lado las tareas propias de la vida en la Tierra… sino que debemos cambiar LA FORMA EN QUE LAS HACEMOS.
Hay un modo de hacer las cosas, que no demanda tiempo ni esfuerzo. Sucede cuando estás vibrando en quinta dimensión, en consonancia con las fuerzas creadoras del universo. No en cambio cuando estás alienado, intentando resolver desde la mente, queriendo controlar o enloqueciéndote porque no te rinde el tiempo. La Tierra se encuentra en medio de un constante, creciente y poderoso ascenso de su propia vibración. Y tú eres parte de ella, por lo tanto, no puedes detenerte. O fluyes a su ritmo, o te destruyes. Si opones resistencia, te enfermas o enloqueces.
Fluir al ritmo del mundo es reconocer tu propio ritmo. La clave para salir del tironeo y la demanda de la mente y del ego, es conectar con tu centro, con el ritmo al que quiere vibrar tu materia en consonancia con las fuerzas de la Tierra. Por eso es que la práctica de meditación se vuelve tan importante. No puedes negarlo: eres Cielo… pero hoy tienes que mover este cuerpo, y por lo tanto, eres Tierra.
Para hallar tu propio ritmo debes conectar con la Tierra. Conectar con la Tierra es aceptar tu encarnación, tus raíces, tus procesos, tu sexualidad, tu cuerpo, tus necesidades, tus tiempos… Esto se traducirá en una mayor integridad, es decir, comenzar a RESPETARTE.
Es lo que se conoce como una adecuada “Cimentación”. La Cimentación es la capacidad de situarnos dentro de nuestro cuerpo, sintiéndonos, habitando el momento presente con todo nuestro Ser. Es la forma de concentrar aquí y ahora TODO NUESTRO PODER. Por lo tanto, ascender a la Quinta Dimensión poco tiene que ver con desapegarse de la Tierra, sino por el contrario, es hacerse consciente de que eres UNO con ella.
Ascender a una Consciencia de Quinta Dimensión es aprender a utilizar nuestro Poder Creador, a manifestar nuestros deseos, a manipular la materia sin esfuerzo: no a deshacernos de ella. Eso tiene otro nombre y se conoce como: Muerte. La muerte es esa transición que nos permite liberarnos del cuerpo. Pero, para quienes estamos aquí, permaneciendo, con la profunda intuición o bien, la certeza, de que tenemos un trabajo que hacer… querer salirnos de la tercera dimensión para evitar sus desafíos, no es evolución, es escapismo.
Ningún árbol puede elevarse a las alturas sin unas raíces lo suficientemente profundas. Del mismo modo, no podrás crecer ni influenciar tu entorno sin afianzarte primero en tu realidad material. Y como te afianzas a tu materialidad? Pues, DISFRUTANDO DE ELLA! Celebrado la vida! Honrando tu cuerpo y todas tus funciones en igualdad.
Al disfrutar de tu cuerpo, al sentir amor por él, emites amor a toda la materia, y con eso la elevas. Cuando rechazas alguna parte de ti, en lugar de unificarte te disgregas, pierdes una cantidad inmensa de valiosa energía. Y entonces sobreviene el cansancio, el stress, el tedio, la apatía.
Cimentarte puede ser realizar algunas técnicas de relajación concentrando tu energía en tus primeros chakras y visualizando líneas que te conecten al centro de la tierra; pero también existen otras maneras: El disfrutar de tu cuerpo, de tus sentidos, del sol, del aire libre. El pasar tiempo en la naturaleza, realizar deportes o ejercicios físicos, trabajar en tu jardín o tu huerta, comer concentrado en que estás nutriendo tu cuerpo, tus emociones y tu mente con ese alimento que la tierra te provee. Trabajar en aquello que ames, descansar cuando lo necesites, relajar la mente, escuchar música, cantar, danzar, crear, jugar, abrazar, hacer el amor: sentir y sentirte! Todo lo que realizas con tu cuerpo DISFRUTANDOLO se convierte en una Meditación, se vuelve un acto Sagrado, porque resuena en consonancia con el propósito más profundo de tu espíritu y está destinado a crear Armonía. De esta manera, tu cuerpo cumple la función por la que fue creado, que es servir al Planeta como un canal y transformador de la energía, y tu propia frecuencia asciende, sin esfuerzo, sin rutina.
Luciana Cámpora, autora
www.lucianacampora.com
Libros y Escritos para el Desarrollo Personal y Espiritual