Si el gobierno del presidente Ollanta Humala pretende hacer justicia a través de un dispositivo legal que discrimina a los más pobres, pues como tales muchos de ellos no podrán pagar la multa que corresponde a quien no quiera servir “obligatoriamente” en las fuerzas armadas, hay que decirles que están completamente equivocados. No hay nada más injusto en un país cuando para eximirse de una responsabilidad se establece
Si alguien pensó que el dispositivo legal que se aprobó en el Congreso de la República hace unas semanas iba a dormir el sueño de los justos, se equivocó. El gobierno viene de promulgar el reglamento del servicio militar de miras a cubrir las plazas faltantes que debido a la carencia de voluntarias quedan por suplir.
Esta hecho, el reglamento del servicio militar ha sido promulgado y será obligatorio, a menos que quien salga sorteado tenga los recursos suficientes para pagar la multa que lo exima de la susodicha “obligación”. Un monto que para no pocos constituye la traducción de una norma que discrimina a los más pobres en nuestro país.
Ese es el sentir del congresista por acción Popular Víctor Andrés García Belaunde, para quien la norma le recuerda la Ley de Conscripción Civil del oncenio del presidente Augusto B. Leguía (1919-1930), pues este mecanismo legal además de obligar a todos los ciudadanos varones de 18 a 60 años a construir carreteras para el Estado sin percibir sueldo alguno, eximía de tal responsabilidad a quienes podían pagar una multa.
“Hemos vuelto a los años 20, ¿no? En la época de Leguía también hubo una cosa, la conscripción civil, la gente era llevada a trabajar a los caminos y el que podía pagar, pagaba y se exoneraba, hemos vuelto un poco 100 años atrás”, dijo el parlamentario en el programa Abre los Ojos dirigido por Beto Ortiz, añadiendo que “evidentemente es así, el reglamento ha cambiado totalmente la concepción de que el servicio militar era voluntario, se han dado cuenta de que nadie va, no hacen cola para ir al Ejército a servir”.