La mala información del vicepresidente de EE. UU.

Joe Biden, Vicepresidente de los estados Unidos de Norteamérica

Vergonzosos los comentarios del Vicepresidente de los Estados Unidos sobre su viaje a Colombia, aparecidos en un columna de su autoría en el Wall Street Journal en la semana pasada (‘El ascenso del continente americano’, Joe Biden, WSJ-español, 6 de junio del 2013). Muestran claramente la desinformación sobre este país en que viven los gringos, así ocupen posiciones de alto nivel en el Gobierno, como en el caso del vicepresidente Biden.

El Vicepresidente descubrió en su visita a una finca en la sabana de Bogotá que Colombia exporta flores frescas a los Estados Unidos y opinó que gracias al Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia el negocio “florece”, porque la exportación aumentó 20 por ciento durante el primer año de la vigencia del Tratado.

¡Increíble! Ahora resulta que el señor Biden, quien ha estado varias veces en el país –lo recuerdo muy bien como miembro de la delegación que acompañó al presidente Clinton a Cartagena en agosto del 2000, siendo senador y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado–, no sabía que desde los años sesenta del siglo pasado Colombia ha exportado flores frescas a Estados Unidos; que desde 1991 entran al mercado estadounidense libre de impuestos; y que la “cuarta parte de los trabajadores de las empresas de flores son mujeres”.

Qué mal informado está el señor vicepresidente Biden. La exportación de flores sin pagar aranceles no dependía del TLC con los Estados Unidos. Ya con la Iniciativa Andina (Andean Trade Preference Act, ATPA), negociada por el embajador García Parra en 1991, y con sus prórrogas sucesivas hasta llegar al TLC, las flores se exportaron libres de impuestos a Estados Unidos. Habría sido conveniente que sus asesores le hubieran suministrado algunos datos históricos al Vicepresidente sobre la relación comercial entre los dos países.

Lo que no sabíamos, pero ahora nos cuenta María Anastasia O’Grady, columnista del mismo Wall Street Journal (‘La epifanía del libre comercio de Joe Biden’, WSJ-español, 10 de junio del 2013) es que el senador Biden, quien en su artículo clama por una “integración y una apertura económica más profunda” con América Latina, votó en contra de la renovación del ATPA en agosto del 2002. Como votó negativamente el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Chile en el 2003 y el de Centroamérica con Estados Unidos, en el 2005. Definitivamente, los políticos actúan como políticos en todas partes del mundo.

Para señalar los éxitos del gobierno del presidente Uribe, el Vicepresidente escribió en su relato que transitar por las carreteras que conducen a las fincas de flores en la Sabana era “peligrosamente imposible hace diez años”. Tampoco. Tan no lo eran, que nunca los floricultores tuvieron problemas de seguridad para transportar las flores desde sus fincas hasta el aeropuerto El Dorado o al de Rionegro, en Antioquia, y embarcarlas hacia los Estados Unidos.

La idea de que en el 2002 las Farc habían hecho colapsar al Estado en Colombia está, sin embargo, grabada en la mente de políticos y periodistas de Estados Unidos. Se desconocen los acontecimientos de la historia reciente de Colombia; si algo es claro es que quienes hablan de un ‘Estado fallido’ en el 2002 se equivocan de año. La situación era peor en 1998.

Los funcionarios estadounidenses, comenzando por el Presidente y su Vicepresidente están descubriendo América Latina, después de mostrar una gran indiferencia hacia la región y de que, por ejemplo, durante tres años y medio el TLC con Colombia durmió el sueño de los justos.

Lo importante es que el nuevo descubrimiento no se sustente en información que riña con la historia.