Nadie duda que los Estados Unidos siga siendo un imperio económico y militar a pesar de sus problemas y dificultades internas. El gasto militar es prácticamente el motor de su economía hasta el punto en que su presupuesto de gasto militar es de 2000 millones de dólares diarios. Es algo impresionante, descomunal e injusto por cuanto que todavía hay millones de habitantes desempleados y pobres en el seno de esa sociedad.
Muchos otros países utilizan argumentos que justifican el armamentismo con base en esa realidad y algunos de ellos tratan de mostrar su poderío militar para disuadir a las fuerzas externas norteamericanas de un posible ataque nuclear. Vemos a la pobre comunista Corea del Norte amenazando a la próspera capitalista Corea del Sur.
Algunos regímenes dictatoriales ocultan sus verdaderos problemas internos utilizando la ideología de la amenaza externa para tratar de consolidar un nacionalismo patriótico que sea medio distractor de los problemas reales internos de la población.
A Cuba por ejemplo le ha servido el antiimperialismo para que la dinastía de los Castro continúe gobernando a ese sufrido pueblo sometido durante 53 años a un régimen que prohíbe opiniones contrarias, niega la esencia de la democracia y corta las alas a cada ser humano para crear empresas y tener iniciativas privadas tanto en el campo como en la industria.
Ese modelo de socialismo fracasó hace más de treinta años y sin embargo el bloqueo económico de USA les ha servido para mantenerse en el poder con la ideología antiimperialista. Algo parecido ha ocurrido en Venezuela, Corea del Norte, Irán y algunos otros países. Arman querellas internacionales – reales o ficticias – para ocultar los múltiples y reales problemas de sus sociedades.
Es increíble como el gobierno de Venezuela está creando “amenazas externas de que en Colombia se está organizando un complot para atacar a ese país y por ello el pueblo debe mantenerse unido y defender a la patria por encima de todo” y es que ese país – otrora próspero y exportador de productos agroindustriales – hoy se encuentre con que nadie se atreve a invertir y crear nuevas industrias.
Los catorce años de Chavismo que continúan con Nicolás Maduro han llevado a ese país a esa situación terrible de miedo a las expropiaciones. Entonces la ideología de las amenazas externas de Colombia en este caso, tratan de ocultar los graves problemas internos, el desabastecimiento salvaje y el deterioro del aparato productivo que están viviendo los hermanos venezolanos.
Quiera Dios que ese modelo jamás se trate de imponer en Colombia porque sería retroceder al cien por ciento. Por eso ojo en las negociaciones con la guerrilla en La Habana que tratarán de imponer esa filosofía política y económica a nuestro país.
(*) El abogado, escritor, profesor U. de C,, publicó este artículo en el portal del diario El Universal de Colombia el 17 de junio de 2013.