Viernes 03 de mayo 2024 | Contáctenos
César Gutiérrez Peña, autor de estas líneas
Presidente amigable con los empresarios en la Sociedad Nacional de Industrias, con perorata pro-industrial; bancada toledista-nacionalista, que ataca con saña a los empresarios pesqueros en el congreso de la república, durante la interpelación de la ministra de la producción y mandatario fustigando a empresarios de las industrias extractivas en la ciudad de Iquitos. Estas es la santísima trinidad del “humalismo”, tres personas distintas y un presidente verdadero, es lo que hemos visto la semana pasada.
Está clara la verdadera vocación de la pareja presidencial Heredia-Humala, se caracteriza por tres conceptos: estatismo intrínseco, apetito de reelección y discurso pro-empresarial cuando es indispensable. Los que no quieren ver esta realidad, allá ellos, ingenuidad política, como se definió en el segundo quinquenio de los 80.
Hoy están en la mira los pesqueros, pues son vistos por la pareja gobernante como no colaboradores con el programa social de alimentación en base a pescado. El encono es de antigua data. Se inicia en la campaña electoral de primera vuelta, morigerado para el “ballotage”, por el puente tendido entre su ex factótum Salomón Lerner con el presidente de Confiep y dirigente del sector pesquero de aquella época, Humberto Speziani. Tregua efímera pues en el poder nuevamente volvieron a su espíritu de confrontación primigenio, con los tres ministros que han pasado por la cartera de producción.
La crisis se ha agravado con la actual ministra Gladys Triveño, destacada representante de las “nadine´s girls”, célebres por su ferocidad verbal e incondicionales defensoras de su mentora y que por tales méritos gozan de un blindaje a prueba de misiles. No ha habido argumento que la doblegue, ni práctica democrática que la mueva.
No es que sea el tema pesquero una singularidad en el comportamiento del régimen, cualquier mal entendido obstruccionismo sobre programas sociales y el sector que está al frente será materia de un embate similar. Es vital zanjar esta discusión haciendo prevalecer la racionalidad, demostrando que el programa de alimentación en base a pescado y en particular de anchoveta no tiene por qué significar una colisión con la industria harinera, esa es la urgente solución que se necesita.
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