La caída de la popularidad de la pareja presidencial en las últimas encuestas, y el ascenso en éstas del fujimorismo, le da la razón a quienes advirtieron que negarle el indulto a Alberto Fujimori tendría consecuencias políticas negativas para los esposos Humala-Heredia.
La última encuesta de Ipsos lo corrobora al revelar que Keiko tiene el más alto nivel de aceptación como posible candidata presidencial, con un 39% de cara las próximas elecciones presidenciales. Otras encuestas señalan además que alrededor del 60% de los ciudadanos estaba de acuerdo con indultar a Alberto Fujimori.
El gobierno lo politizó de una manera gran tan grosera el tema del indulto que en la mayoría de los ciudadanos ha quedado la percepción de que Fujimori ha sido víctima de un trato cruel por parte de Humala y sus ministros. Otro elemento que explicaría el crecimiento del fujimorismo es la percepción difundida de que el bienestar económico actual es fruto de las reformas económicas que ejecutó el Fujimori en los 90’.
A todo ello se suma el aporte de Keko Fujimori, quien le ha dado un nuevo rostro democrático y moderno al fujimorismo, con el cual recuperó, en los comicios del 2011, al disperso electorado fujimorista, y logró además un amplio respaldo de los ciudadanos independientes.
Los hechos reseñados proyectan el 2016 como la oportunidad de los fujimoristas para volver a ser gobierno. Tienen una excelente candidata, carismática e inteligente, un importante apoyo popular. Sin embargo, ello no les asegura la victoria.
Alan García ha dado ayer un ejemplo de cómo se hace oposición: Planteando la agenda nacional, y plasmando en ella los temas sensibles a los ciudadanos junto con las alternativas de solución para resolverlos. Ya veremos cómo subirá García en las próximas encuestas.
El indultó copó la agenda del fujimorismo haciéndole perder la iniciativa política demasiado tiempo. Si no recupera ese tiempo y pasa a la ofensiva, Alan García le tomará ventaja con toda la experiencia que tienen a cuestas él y su partido, el Apra.
Pero Fuerza Popular necesita más que retomar la iniciativa. Si quiere ganar el 2016 también tendrá que fortalecerse y superar la escasa capacidad de movilización popular que ha mostrado en sus últimas convocatorias. Ésta podría explicarse por la juventud del partido o por la secuela de resentimiento que dejó en sus filas la pasada campaña presidencial.
La pareja presidencial les ha dado a los fujimoristas el motivo para reconciliarse. Al negarles el indulto les ha dicho que el único camino que tienen para liberar a su líder històrico es volviendo a ser gobierno.
Si la pareja Humala-Heredia quiso debilitar al fujimorismo negándole el indulto, obtuvo todo lo contrario: ha fortalecido las posibilidades de éxito de Keiko Fujimori en el 2016. Falta saber ahora si Fuerza Popular aprovecha su oportunidad o la desperdicia.