El miedo a los cambios

¿Por qué tenemos tanto miedo a los cambios? Preferimos quedarnos esclavos de nuestras rutinas alimenticias (sabiendo que no nos benefician) a probar algo nuevo. O puede que algunas personas hayan probado muchísimas “dietas” pero a fe ciega, sin realmente cuestionarse con profundidad lo que hacían y sin escuchar las reacciones de su cuerpo.

Hay que trabajar muy profundamente cuando deseamos un cambio “de verdad” de hábitos en nuestra vida. Somos seres a quienes gusta la estabilidad, y no deseamos cambios.

Cambiar significa volvernos a conocer y para muchos es un esfuerzo. Debemos perder nuestra entidad-ego centrista y volver a reinventarnos.

Tenemos miedo de este momento en que nos sentimos desnudos, cuando hay un vacío.

Es el momento transitorio en que dejamos algo pero todavía no hemos integrado lo nuevo.

Hay que tener unas sólidas raíces de conexión interior para que nos afiancen a nuestra vida y pese a los cambios podamos perseverar y seguir con intuición y fortaleza.

Las raíces están en la conexión con nuestro Yo interior, para que nos potencie, ayude, anime y nos dirija hacia ello con esta luz interior que nos ilumina en este nuevo camino que no conocemos.

Sin esta ayuda, nuestros primeros esfuerzos se difuminarán en poco tiempo.

EL CAMINO DEL CAMBIO

• Acepta el periodo de desequilibrio

Todo nuevo proceso tiene su parte de miedo, vacío, caos. Acéptalo. Es lo mismo que cuando decidimos hacer una limpieza a fondo de una habitación o cambiar los muebles de sitio.

Movemos sillas, mesas, sofás, alfombras, etc.
En estos momentos nos sentimos incómodos en esta habitación, parece un caos durante unos minutos, horas, hasta que luego reina un orden nuevo. Y nos sentimos más a gusto.

• Expresa como te sientes. Comunícate

Es importantísimo comunicarse en estos momentos, para no sentirte solo y agobiado en este cambio. Comunícate primero contigo mismo, escribe a diario como te sientes. Y también, deja que los demás te apoyen.

Si lo llevas en silencio, escondiéndote de lo que deseas hacer, puede que lo dejes en un momento de debilidad.

Comparte tu proceso con alguien con una situación parecida, para que os podáis apoyar mutuamente, o con alguien cercano a ti que te quiera.

Vive el día a día con presencia y optimismo. No estés ansioso por vivir el futuro, el presente es el único tiempo que realmente existe.

Cada noche, antes de dormir, recuerda 3 sucesos positivos que te hayan acaecido durante el día. Te ayudará a potenciar la positividad y el agradecimientoa la vida.

•Lo que resistes, persiste

En lugar de huir de lo que sentimos, vamos a escuchar primero nuestras emociones. Vamos a aceptarlas, sin taparlas, observando, sin juicio, el vínculo que existe entre lo que sentimos y lo que comemos o no comemos.

de huir de lo que sentimos, vamos a escuchar primero nuestras emociones. Vamos a aceptarlas, sin taparlas, observando, sin juicio, el vínculo que existe entre lo que sentimos y lo que comemos o no comemos.

Nuestros pensamientos han sido moldeados de acuerdo a nuestras experiencias pasadas que todavía no hemos depurado.

• Potencia tu luz y tus cualidades

¿Puedes escribir en un papel por lo menos 20 cualidades en ti, que te encuentres orgulloso de poseer?

Ahora no es el momento de ser humildes, hay que valorarnos y estar agradecidos por todas las cualidades que poseemos.

¿Puedes, ahora, decirlas en voz alta? ¿Y mirándote a un espejo? ¿Te sientes a gusto?

Todos poseemos una multitud de cualidades que casi no valoramos ni potenciamos.

Si a una pequeña hoguera no se le continúa suministrando leña o lo que necesite para seguir dando luz y calor, pronto se apagará. Hay potenciar nuestros valores, limpiando estas joyas interiores, para que resplandezcan más y más.

Así nos crearan un bienestar interior que nos ayudará a valorarnos y amarnos sinceramente.

¿Por qué siempre esperamos que los demás (pareja, amigos, hijos….) nos digan algo agradable para sentirnos a gusto con nosotros mismos?

Fuente: La Eco