¡Encarnaciones del Amor!
“Cada nación depende de tres sectores de la sociedad para su progreso: los productores, los protectores y los preceptores; los tres son igualmente importantes e interdependientes. Este es el trípode en que descansa la prosperidad, el amor es el asiento colocado entre las tres patas; la nación puede ser feliz y pacífica si las tres secciones trabajan juntas con mutuo amor por la nación.
En la actualidad exhibimos la falsa devoción y el patriotismo carente de moralidad; ambos son inútiles. El egoísmo no tolera el amor por los demás ni puede ser feliz consigo mismo. Si el grano recolectado no puede comerse ni ser compartido, se pudrirá. El egoísmo reduce al hombre al nivel de un demonio. A la menor provocación, el egoísmo se torna iracundo contra los propios padres, hijos, esposa o maestro; arroja a un lado a cualquiera que se interpone en su camino.”
Sirvan a su gente.
“La educación debe desembocar en humildad; la humildad es el mejor logro que pueden obtener. Trae riqueza, y a través de la riqueza pueden fomentar la rectitud y la caridad; esto asegura la felicidad aquí y en el más allá. La humildad no puede crecer absorbiéndose en los libros; el proceso educativo vigente no promueve la humildad. Confiere títulos que inflaman de soberbia a los que los reciben, no santifica a la persona que está siendo educada, no impulsa el progreso de la nación. La educación debe alentar la indagación en las necesidades reales del país y los métodos para satisfacerlas. La juventud debe dedicarse a esta tarea.
La gente inculta tal vez no sea del todo patriótica, ¡pero el país está siendo más dañado por la gente educada! Tan pronto como obtienen el título que los acredita como médico o ingeniero, corren a tramitar su pasaporte y tratan de sobornar a alguien para viajar hacia Irak, Irán o Dubai. Por supuesto, el dinero es indispensable, pero sólo el esencial. ¿No pueden ganar suficiente dinero en este país y, al mismo tiempo, servir a la gente pobre de nuestras aldeas? ¿Puede alguna vez ser signo de educación mostrar desdén por la tierra que los vio nacer y en la que crecieron? Consideren por un momento el absurdo de despreciar a su patria y sentirse fascinado por otra. Deben servir a su gente y después a la gente de otras tierras. Pero, ¿qué podemos decir de aquéllos que odian a su propio país y aman a otro? ¿Cómo puede una persona que no respeta a su tierra natal ser respetada en la tierra a la que se apegó? Esta contradicción es resultado del sistema educativo.”
“Los estudiantes deben evitar este error tan degradante. No deben abandonar su tierra natal e irse allende los mares ni cometer el error de creer que una persona se vuelve grandiosa si viaja a través del océano. ¡Las azafatas lo hacen todos los días! Tengan fe y amor hacia su hogar, su aldea… su madre patria. Sin embargo, eso no implica odiar a otros países; bajo ninguna circunstancia, el odio, la enemistad o la intolerancia debe mancillar su mente.”
No deben ignorar los Valores Humanos.
“Ahora, este pequeño y remoto pueblo se ha vuelto la sede de una universidad. ¿Puede un solo hombre transformarlo? ¿Gracias a quién esta aldea se ha modernizado para que todos vivan más felices? En la actualidad los estudiantes abandonan sus aldeas y emigran a las ciudades, venden tierras y casas, sólo para vivir miserablemente en las sobrepobladas ciudades. Muchos prefieren las instituciones urbanas para cursar sus estudios aunque las ciudades carecen del ambiente apropiado para estudiar. Al trabar amistad con personas de dudosa reputación, adoptan vicios y malos hábitos; todo esto les dificulta vivir una vida recta, así como tener éxito para llegar a la meta que se han trazado.
El bien, la reverencia y la amistad todavía existen en las aldeas pero han desaparecido totalmente en las ciudades, y los métodos educativos son la causa de esta triste situación. Al reducir la educación sólo al conocimiento mundano y material, a los niños se les evita el acceso a su herencia cultural, provista de fuerza y valor. Crecen sin adquirir conocimiento general ni sentido común. Es difícil comprender cómo aprobarán los exámenes y administrarán al país, después de obtener un empleo, puesto que siempre están preocupados sólo de sí mismos y olvidan proporcionar ayuda al necesitado.
La educación tecnológica es de vital importancia en la actualidad, pero no deben ignorar los valores humanos. La tecnología debe fomentar los elevados ideales y virtudes que la cultura propia* alberga, pues al no existir el trasfondo de esa cultura, las personas educadas se vuelven fácilmente esclavas de otras culturas.
Viviendo en un país, tienen que vivir y actuar de acuerdo con las costumbres y hábitos de ese país; por supuesto, deben amar a la humanidad, a todos los hijos de Dios, y olvidar las diferencias que existen entre naciones, castas y credos y cultivar un amor universal.
De las antiguas universidades, cada una se especializaba en el aprendizaje y la enseñanza de un solo tema, pero en esta universidad debemos enseñar la importancia y el significado de los valores humanos; no concedemos valor a la educación que no eleva al hombre y no lo hace consciente de su divina realidad. Los medios de vida y la meta de la vida son las dos alas; las dos ruedas son la vida material y la espiritual, la habilidad y la disciplina espiritual.”
“Una vez sumergidos en esta verdad de la unidad, no seremos afectados por el afán de calumniar, los celos y otros rasgos negativos. Los estudiantes tienen que librarse de estos grilletes, desde esta tierna edad. Debe ayudárseles a llevar una vida sana y feliz y a fomentar, mediante sus actos, la prosperidad y el bienestar del mundo.”
Extraído del discurso ofrecido por Sathya Sai Baba
el 25 de mayo de 1982, durante el “Curso de Orientación
para Profesores Universitarios” en Vidyagirí, India.
Organización Sri Sathya Sai Baba del Perú.
* En el texto original se menciona a “bharatiya” como la cultura propia, en referencia a la tierra de Bharat, India.