[Colombia] A favor de la democracia, inclusión y pluralismo

El senador colombiano Carlos Alberto Baena

En días pasados, en compañía de algunos directivos del movimiento político Mira y del Centro de Análisis y Asuntos Públicos, radicamos ante la Honorable Corte Constitucional una demanda de inconstitucionalidad contra los artículos de los actos legislativos que introdujeron la figura del ‘umbral’ en nuestra Constitución.

Esas normas, como lo hemos comentado en oportunidades anteriores, exigen que para marzo del 2014 los partidos o movimientos políticos existentes que quieran conservar su personería jurídica, o los nuevos que deseen adquirirla, tienen que obtener el 3 por ciento del total de votos válidos para el Senado o para la Cámara de Representantes, porcentaje que podría significar unos 450.000 votos, cifra muy difícil de lograr para las colectividades minoritarias existentes, o las nuevas y emergentes, de nuestra democracia.

La entrada en vigor de la norma es inminente, así que, basados en los resultados de elecciones anteriores y en cálculos de prospectiva realizados por agentes públicos y privados, se pusieron en evidencia los efectos perversos de la figura: el socavamiento de la democracia, de la participación política y del pluralismo. Es altamente probable que solo queden dos o tres partidos políticos en Colombia y desaparezcan todos los demás.

La única posibilidad que queda para que esta norma no sea aplicada es una declaratoria de inexequibilidad de la Corte Constitucional; es una demanda no por vicios de forma, sino de procedimiento, ya que se cerraron las puertas a una reforma que mantuviera el umbral en el 2 por ciento. Paz sin democracia no es paz.

Creemos que este regreso al bipartidismo, o acaso un ‘tripartidismo’, a las puertas del cual nos encontramos, muestra claramente una sustitución constitucional por vicios de procedimiento, pues es notorio desde los valores y principios constitucionales, así como desde muchas otras instituciones nacionales y supranacionales, que el sentir del poder constituyente originario plasmado en 1991 es otro, sentir que resultaría altamente lesionado y conculcado de aplicarse el umbral del 3 por ciento, como hasta la fecha se encuentra planteado.

La cuestión en sí misma es de la mayor importancia. Quedarán sin derechos y garantías los partidos minoritarios existentes, mientras que los nuevos tendrán un camino cuesta arriba muy difícil para reunir los requisitos y poder competir con las fuerzas mayoritarias. No habría ni igualdad ni equidad en las condiciones. La libertad de expresión política de otras fuerzas vivas subsistirá solamente en el recuerdo de los colombianos.

Como lo afirmó el director del Centro de Análisis y Asuntos Públicos y exviceministro del Interior Juan Fernando Londoño, “resultaría un contrasentido histórico que el fin del conflicto, con el acuerdo de paz que se espera, coincidiera con el cierre del sistema político, pues ese conflicto tuvo como una de sus principales causantes la exclusión electoral de muchos sectores por decisiones que tomaron partidos mayoritarios”.

Por tal motivo, queremos que la ciudadanía esté al tanto de esta acción judicial, que opine, que la apoye si comparte con nosotros la necesidad de dejar los caminos abiertos para la permanencia y el surgimiento de más actores democráticos en el país.

El Gobierno Nacional sigue haciendo caso omiso de las muchas comunicaciones y solicitudes que desde diversos sectores se han hecho en este sentido, y las mayorías presentes en el Congreso tampoco se han puesto de acuerdo.

Esperamos que este último recurso sí haga eco en la Corte Constitucional y desde allí se les lance un salvavidas al pluralismo, a la inclusión y a la democracia.

(*) Carlos Alberto Baena es Senador de la República de Colombia - ca_baena@hotmail.com