Maduro, los peces gordos siguen a tu lado

Esta revolución ha sido bastante incompetente cuando le ha tocado corregir sus propios errores. Lo hemos visto con la inseguridad, que se ha exacerbado gracias a la buena cantidad de armas que puso a correr en las calles. Con la lucha contra la depreciación del bolívar, que tras haber sido "fuerte" se apresta a su tercera devaluación en meses y la quinta en un par de años. Y más recientemente, en su anunciada lucha contra la corrupción.

La verdad es que lo que se respira en la calle es que los "enchufados" se están llenando a costa de las arcas públicas. Es una "matriz de opinión" que no injertó Capriles ni los medios en la sociedad. La verdad es que bien poca información "publicable" tienen los medios en sus redacciones, y los políticos de oposición no han aportado mayores pruebas.

La sensación de que estamos ante un gobierno corrupto e ineficiente viene de la calle misma. Así como todo mundo conoce a alguien que han robado o matado, cualquier persona conoce a un fulano "que antes andaba pelando y ahora se está llenando" haciendo negocios con este gobierno.

El fulano suele ser hijo, tío, primo o hermano de algún alto funcionario del régimen: un Ministro, un Alcalde, un General. Y si antes era pobre, ahora tiene una gran camioneta y hasta guardaespaldas.

La corrupción también se siente en la ineficiencia de casi todo lo que depende del Gobierno. La gente no es tonta, intuye que si un pollo en Mercal vale veinte bolívares, alguien se embolsilló una buena comisión por hacer que estuviese allí disponible. Pero aunque no siempre se encuentra el pollo, siempre alguien cobró la comisión.

Ante esta realidad innegable el Gobierno ha reaccionado. El pasado 24 de junio Maduro reconoció que la corrupción "nos va a tragar la patria", y desde entonces una serie de anuncios sobre distintos casos surgen a diario en los diarios.

Pero son migajas.

En la IV República de vez en cuando caía un Ministro, pero en sus últimos días cayeron hasta presidentes. En la V solo eran perseguidos los opositores (nuevos o viejos) al régimen. Personalidades como el general Baduel, Leopoldo López, Manuel Rosales y más recientemente el gobernador Henri Falcón eran los únicos señalados por la justicia revolucionaria.

Solo Jesse Chacón salió del Gobierno por las travesuras de su hermano. Pero ya volvió y ahora como superministro de electricidad.

Es cierto que tras el anuncio de Maduro la lucha anticorrupción, si bien no ha llegado a "misión", cobró otros matices más intensos. Pero han surgido solo nombres menores, de casos más bien pueriles. Los grandes boliburgueses siguen intactos y en ocasiones, hasta denunciando la corrupción ellos mismos, en un gesto colmado de cinismo.

La lucha contra la corrupción madurista es tan grande farsa que las investigaciones se llevan con el mayor hermetismo, no se conoce dictamen definitivo alguno sobre ningún caso y no se toman correctivos básicos a nivel institucional.

Hasta ahora son un misterio no develado las declaraciones de bienes patrimoniales de los miembros del Gabinete, de la dirigencia del PSUV, o de la Asamblea Nacional.

Peor aún, el andamiaje institucional chavista, que fue creado para poder saltarse los controles básicos de la administración pública (Fondem, Fondo Chino, las misiones), permanece intacto y en pleno funcionamiento, con el mismo nivel de informalidad administrativa.

Hace mucho que no se sabe qué son licitaciones para contratar obras y servicios. Nada más en el marco de la misión vivienda, han venido empresas chinas, bielorrusas e iraníes, y nadie ha sabido bajo qué criterios y en qué términos se contrataron.

Ya no se hacen interpelaciones en la Asamblea para que los ministros rindan cuenta de cómo gastan los fondos públicos, y el informe anual del Contralor General de la República es absolutamente intrascendente.

Si no se toman esos correctivos, ¿cómo se va a acabar con la corrupción? Si no se da castigo ejemplar, ¿cómo se va a prevenir que los "chinos de Recadi" roben?

Si el presidente Maduro quiere luchar contra la corrupción, tiene aún bastante trabajo que hacer. Debe mirar a los lados y poner un poco de orden administrativo en casa.

Nota publicada en eluniversal.com