Generacción se suma a la protesta ciudadana por una elección que ha desnaturalizado dos instituciones esenciales de la democracia peruana. El Congreso de la República ha incurrido en un grave desacierto y generado el rechazo y cuestionamiento a su capacidad de representación.
Generacción se pronuncia por la consolidación de las instituciones y por un Parlamento que contribuya a su legitimidad, no que las devalúe o las convierte en organizaciones polítizadas cuando deberían ser técnicas e independientes. El Tribunal Constitucional como la Defensoría del Pueblo son tan importantes para la vida democrática y política del país, que sus miembros deben ser nombrados por votación calificada de dos tercios del Parlamento. El objetivo es dar prioridad a los intereses nacionales por encima de los partidarios o de grupo. Y el cuoteo o repartija entre los partidos está en las antípodas de este requerimiento, prescindente de la calidad profesional, la independencia y la trayectoria moral y profesional que deben tener los elegidos para estos cargos.
Si el constituyente deseaba que al TC y a la Defensoría llegaran los mejores y los más independientes, el Parlamento ha determinado exactamente lo contrario, lesionando la democracia y el estado de derecho, creando desconfianza en su representación. El Congreso ha convertido estas instituciones fundamentales en órganos políticos por elección arbitraria de miembros sin garantía. Ha creado un escenario político de pérdida, del Parlamento que lo ha permitido, de las instituciones arbitrariamente devaluadas con miembros carentes de legitimidad, de la democracia en crisis de confianza.
Que los líderes políticos que tan tardía y oportunistamente se han pronunciado ordenen a sus operadores parlamentarios la rectificación inmediata. Que para la próxima elección se den a conocer los criterios y puntajes de la selección, que se imponga la calidad profesional y se garantice la independencia de las nuevas autoridades respecto de los grupos políticos y económicos. Esperamos.