El número de víctimas civiles en el conflicto de Afganistán, de acuerdo al informe de la misión de la ONU, aumentó en 23 por ciento en el curso del primer semestre de 2013 en relación al mismo periodo del año anterior.
Las cifras oficiales arrojan un balance de 1 mil 319 muertos y 2 mil 533 heridos entre los civiles. En particular un aumento de 61 por ciento en el caso de las mujeres, fallecidas o heridas, y de 30 por ciento para los menores de edad.
Como en 2012, los artefactos explosivos de fabricación artesanal son la causa del número más importante de víctimas civiles. Estas bombas, que constituyen, tal como muestran los atentados suicidas, una de las armas predilectas de los talibanes, han generado 443 muertos y 917 heridos, un incremento de 34 por ciento.
La ONU se alarma igualmente de una “nueva tendencia”: el aumento del número de civiles muertos o heridos en el marco de los enfrentamientos suscitados entre las fuerzas militares afganas e los insurgentes, lo que constituye la segunda causa del número de muertos.
Este aumento en el número de víctimas constituye un quiebre con la disminución record que mostró el año 2012. El informe lamenta “que el gobierno afgano no haya puesto en práctica medidas concretas orientadas a limitar el número de víctimas civiles y no haya hecho el esfuerzo a fin de que las fuerzas afganas implementen todas las medidas necesaria para protegerlos”.
Las fuerzas de seguridad afganas (350 mil policías, militares, paramilitares) están más expuestas a los asaltos de los rebeldes desde que asumieron la responsabilidad de la seguridad del país en lugar de la fuerza internacional de la OTAN en Afganistán, que se ha circunscrito a ser simple y llanamente una misión de apoyo, en particular aéreo y de formación.