Narcos en el Congreso

El caso de Nancy Obregón no puede quedar solo en el ámbito policial y judicial, la pareja presidencial tiene que asumir su responsabilidad política y darle explicaciones al país por haber llevado a los más altos niveles de la política nacional a una persona a quien la policía le ha descubierto presuntos y antiguos vínculos con el narcotráfico y el terrorismo.

Obregón es inocente hasta que la justicia sentencie lo contrario, sin duda; pero las pruebas en su contra son contundentes: conversaciones telefónicas – grabadas por la policía durante un año de seguimiento paciente, con apego a la ley – que constituyen una base sólida para que ella y los demás inculpados en el caso sean juzgados por graves delitos.

Esas conversaciones involucran a Obregón y a sus allegados en presuntos envíos de droga a Europa y a Bolivia, y de armamento (“escobas”) a los terroristas del VRAEM, así como en un aparente pago de dinero al cabecilla terrorista “Artemio”, para que niegue conocerlos. La Dirandro le ha encontrado además dinero y propiedades de origen dudoso. Si todo esto es corroborado por la justicia, la ex congresista podría ser sentenciada a muchos años de cárcel por haber colaborado con el narco-terrorismo.

Obregón ha declarado a la policía que congresista de la república del 2006 al 2011 por decisión de Ollanta Humala y Nadine Heredia, quienes la convocaron por ser dirigente de los cocaleros ilegales del Huallaga. Además, en el 2011, el entonces presidente del Congreso Daniel Abugattas la designó responsable del programa Gestores, y también contrató a una hija de la cocalera, a pesar de que desde el 2010 ella y su familia estaban siendo investigadas por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.

Siendo parlamentaria, Obregón tuvo como asesor principal al Ricardo Soberón, consultor de los cocaleros ilegales y quien fuera después jefe de DEVIDA. Desde el Estado, Obregón y Soberón promovieron políticas dirigidas a detener la erradicación de las plantaciones ilegales de coca. Ahora podemos entender por qué y para qué.

Lo más grave es que en sus cinco años de congresista Obregón integró la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha Contra las Drogas, accediendo así a información clasificada y altamente sensible que recibió ese grupo en las sesiones secretas con autoridades de las fuerzas armadas, la policía, y otros organismos de seguridad. También participó en las sesiones conjuntas y secretas con la Comisión de Inteligencia.

A despecho de estos antecedentes, el presidente Humala ha pedido “todas las garantías” para que Obregón se defienda y ha demandado que la justicia resuelva el caso “lo más pronto posible porque todos queremos llegar a la verdad”. Ni un rastro de indignación ante las pruebas contra la cocalera ¿Por qué?

Las implicancias de este caso demandan una investigación del Congreso de la República para establecer responsabilidades políticas por la infiltración del narcotráfico en el Legislativo, y para determinar si acaso los presuntos narcos detenidos tienen todavía algún grado de influencia en ese poder o en el Gobierno.

Este escándalo recién comienza.