Reclamos salariales y megaproyecto Talara

César Gutiérrez, autor de estas líneas

Una vez más el debilitado gobierno “humalista” es puesto en jaque; a los no pocos problemas que tiene se le sumó una huelga médica del sector salud, a lo que se aunaron los de la seguridad social. Veintisiete días de paralización de galenos en un momento que la gripe AH1N1 se propaga en la población, llegando a la necesidad de suspender labores escolares en Lima ante el temor de contagio, es cosa seria. El tema en discusión es cerca de 280 millones de dólares anuales para atender las demandas salariales a los dependientes del Ministerio de Salud, solamente.

El ministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, fiel a la línea de su despacho, se ha negado rotundamente al egreso del erario. Obviamente está en lo suyo, oficiando de indolente celador de la caja fiscal, pero ante la unidad del gremio de los mandiles blancos y la razonabilidad de su pedido, se verá en la necesidad de ceder.

Este hecho va a tener gran correlato en las decisiones de inversión y endeudamiento de un importante sector de la economía como es el de energía. Pues allí tendrá que justificar el aporte de no menos de 400 millones de dólares en la capitalización de Petroperú para que hunda esta cifra en el gasoducto sur, obra que a estas alturas no tiene mayor sentido, por más que tenga adeptos que lo pregonan con aires de estadistas.

Asimismo tendrá que exhibir sus mejores dotes argumentativas para convencer a los agentes económicos de la necesidad de otorgar una autorización de endeudamiento de cerca de dos mil millones de dólares, para que el proyecto de modernización de la refinería Talara, de propiedad de la petrolera estatal, se cristalice.

El titular de la cartera del jirón Junín no tiene las facultades persuasivas ni de polemista para hacer entender a tirios y troyanos, que sí puede endeudar al Estado en dos billones de dólares y echar por la borda 400 millones y que no tenga para los médicos una cifra relativamente magra, en un país donde los sistemas de salud tienen características calamitosas por la orfandad de recursos. Está en un intríngulis, por un lado tiene un mandato legal para dilapidar recursos en el gasoducto y por otro de no invertir en la petrolera obligarla a cerrar; estaremos pendientes del interesante debate.