La simple presentación del pasaporte peruano y andino contará, esperemos, para el ingreso de peruanos, y también colombianos en la Europa de Schengen y otros cuatro países
Parece que las cosas cambiarán para los peruanos, al igual que para los colombianos, si de ir al menos en calidad de turistas a la Europa de Schengen se trata. El vapuleado presidente de Gobierno español Mariano Rajoy anunció hace unos días que España solicitará al resto de sus socios la apertura de las fronteras para los ciudadanos de ambos países.
De ese importante momento ha pasado una semana. Hace siete días, exactamente el domingo 11 del presente, a través de un comunicado el Gobierno de España señaló, fundando su iniciativa en la existencia del acuerdo comercial que habían suscrito tanto Perú como Colombia, que a nivel del tránsito de personas las cosas cambiarían. El fruto ya maduro caía por su propio peso del árbol de las iniciativas peninsulares.
El realismo una vez más se ha impuesto. Los ibéricos, entendiendo que el rol de España en Europa es de ser la puerta que siempre ha debido a ser para el ingreso de los americanos en el Viejo Mundo, anuncian para los ciudadanos de estos dos pueblos de la América morena que Europa abrirá para ellos su territorio. La crisis, como más de uno sabe, también ha contado en este proceso que ha dado cuenta de ese sentimiento de superioridad con respecto a peruanos y colombianos que impide hasta ahora que nos desplacemos en las Europas con libertad.
Hoy, estadísticas al canto, miles de jóvenes españoles, ávidos de un mejor porvenir, huyendo despavoridos de la crisis que golpea a toda España, llegan a nuestros países en busca de mejor destino. Y nuestras patrias, en particular la peruana, los recibe con generosidad, no negándoles nunca cobijo y buenas formas al recibirlos. Esperemos que el líder del Partido Popular haya tenido también en cuenta este aspecto, y haya actuado impelido por lo que se denomina el principio de la reciprocidad.
Atrás esperemos que queden las experiencias amargas en un entonces novísimo Terminal 4 del aeropuerto de Madrid Barajas, cuando la Policía Nacional Española, dando muestras de una forma muy peculiar de cuidar sus fronteras derivaba no pocas veces en el actuar desmesurado que lindaba con el abuso al momento de verificar identidades. Dando muestras que poco o nada importaban los pasaportes que uno podía poseer.
Que esta España que anuncia la apertura de las fronteras europeas me permita olvidar lo que una noche hace algunos años escuche cuando a un joven de nacionalidad boliviana le hicieron tararear una estrofa del himno nacional de su país, como si quienes se lo solicitaron supiesen, la mirada plena de sarcasmo los traicionaba, que lo que improvisaba este hombre desconcertado se trataba del himno de Bolivia. Quizás olvide también el maltrato asumido en carne propia entonces, y voltee aquella página que aquellos malos policías intentaron llenar con su mala forma de actuar.
El tiempo se encargará, espero, de poner las cosas en su lugar, y permitir que nuestros pueblos vayan al encuentro, unos de otros, en igualdad de condiciones; con el respeto y la consideración que todos nos merecemos. Y esto no solo para peruanos y colombianos, sino también en forma creciente para los provenientes de los otros pueblos de nuestro continente. Viendo de esa manera en otra forma, en conjunto, el porvenir.