El 15 de agosto asumió la presidencia de Paraguay el acaudalado empresario Horacio Cartes, propietario o accionista mayor de 26 empresas y un novel político postulado por el Partido Colorado. Admite encabezar un grupo económico que controla desde fábricas tabacaleras hasta un club de fútbol, y no niega sus vínculos con los más poderosos sectores empresariales.
Con muchas penas pero sin gloria se despidió Federico Franco como presidente de Paraguay, al culminar un mandato que no le dio el voto popular, para dar paso al presidente electo el pasado 21 de abril, Horacio Cartes. Posiblemente en toda la historia política paraguaya gobernante alguno haya logrado concitar, junto al alto nivel de desaprobación popular, la responsabilidad de que la nación alcanzara un generalizado aislamiento internacional, muy acentuado en el ámbito regional.
Resulta obligatorio hurgar brevemente en los orígenes de esa exclusión paraguaya del concierto de países sudamericanos y de otras iniciativas integracionistas que tomaron fuerza en estos tiempos en América Latina y el Caribe, así como en las causas de su impopularidad. Federico Franco, a nombre del Partido Liberal, insertó en una alianza para terminar con los 60 años ininterrumpidos de poder del Partido Colorado que incluyeron la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) y ocupó la vicepresidencia de la República en el gobierno de Fernando Lugo, a partir de 2008.
Se trató también del logro de un fuerte revés de la bipolaridad partidaria que dominó el escenario político paraguayo, en la cual ejercían los colorados la supremacía y los liberales habían perdido el papel hegemónico. La inédita irrupción de Lugo en el panorama, apoyado por fuerzas progresistas y alejado ideológicamente de los intereses del grupo de familias que siempre han dominado la sociedad paraguaya, colocó también a los liberales en una coyuntura gubernamental bastante ajena a la de los sectores predominantes dentro del Partido.
Gradualmente, las medidas sociales que se iban adoptando con muchas dificultades para favorecer o simplemente aliviar la grave situación de los mayoritarios sectores más vulnerables del Estado guaraní, fueron marcando las diferencias con los políticos tradicionales, ansiosos de otro tipo de gobierno. Resultó muy difícil para esos poderosos intereses asimilar tímidas decisiones en dirección a cierta modificación, incluso muy pequeña, en la tenencia de la tierra, asunto clave en la permanencia de la injusticia social en Paraguay.
No se trató ni mucho menos fue posible, de acuerdo con la fuerza existente, de una reforma agraria integral para terminar con el latifundio nacional y extranjero que dicta pautas en la explotación de la tierra, en la producción y exportación agrícola y ganadera y mantiene unos 300 mil familias campesinas viviendo al borde de las carreteras, muchas de ellas en carpas, a lo largo de los años. Apenas se esbozaron medidas paliativas de la grave situación en que vivían labriegos e indígenas, intentando así contener el avasallador avance de los grandes geófagos y de las multinacionales, siempre pujando por frustrar el cambio de rumbo al cual aspiraba el nuevo Ejecutivo.
A pesar de ello, la rancia derecha paraguaya debió tragar, por sólo citar un ejemplo, un plan social para subsidiar a las madres solteras más pobres con un estipendio condicionado a velar porque sus hijos pudieran asistir a las escuelas y prepararse para un futuro mejor. Igual sucedió con los subsidios estatales establecidos para auxiliar a los pequeños agricultores en los casos de afectaciones a sus sembradíos por razones climatológicas o de plagas.
La negativa a reprimir las protestas sindicales, la declaración de gratuidad absoluta de la educación y la salud pública con el reforzamiento del apoyo presupuestario del Estado y la decidida participación en los proyectos integracionistas latinoamericanos fueron suficientes para desbordar la copa de la paciencia de la derecha. Ahí fue, en medio de la conspiración liberal-colorada que unió a los dos antiguos adversarios políticos y aprovechando el traumático y aún no suficientemente aclarado desalojo campesino de Curuguaty con saldo de 11 labriegos y seis policías muertos, que surge la figura de Federico Franco como aceptable para intentar legalizar el golpe.
Es aquí donde surge otra coyuntura también inédita en la política latinoamericana: 12 cancilleres de igual número de países, integrantes de Unasur llegan a tiempo a Asunción para tratar de impedir el resquebrajamiento del proceso democrático y la destitución de Lugo, pero la airada derecha prefiere desconocer a tan representativa delegación y sumir al país en la absoluta soledad regional.
Tras 14 meses en el poder, Franco, el escogido para dar la cara por los grandes y poderosos intereses económicos, se despidió con un desfile por los principales medios de difusión nacionales e internacionales queriendo explicar lo que considera como éxitos de su misión. Mientras tanto, el país se agitaba con una interminable ola de huelgas y protestas de distinto tenor, con desalojos y prisiones de campesinos, sindicatos reclamando pagos de salarios y bonificaciones atrasadas, el 45% de las aulas vacías por las protestas magisteriales, con hospitales sin medicinas, insumos y camas suficientes, con mayores ganancias para los agroexportadores e industriales y con la mitad de la población en la miseria.
Para completar, las denuncias de corrupción se sucedían y no solo alcanzan a funcionarios y políticos, sino al mismo Poder Judicial que legaliza los abusos de los poderosos e identifican al presidente saliente con otra etapa de injusticia social. Entre muchos otros escándalos, Federico Franco fue criticado por la adquisición de una lujosa vivienda señalada por opositores y medios de difusión como el símbolo de la corrupción gubernamental. (1)
Cartes llevó al Partido Colorado de regreso al poder
Horacio Cartes resultó vencedor en los comicios generales del pasado 21 de abril al obtener un millón 95.469 votos para el 45,8% de los sufragios válidos emitidos. Venció en las urnas al candidato del Partido Liberal Radical Auténtico Efraín Alegre, quien alcanzó solamente el 36,94% de los votos. El 10 de mayo el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) lo proclamó oficialmente como presidente electo del país.
Nacido en Asunción, Cartes cuenta 57 años de edad, tiene dos hijas, está separado de su esposa y estudió en Estados Unidos especializándose en aspectos técnicos de motores de aviación, impulsado por su padre quien introdujo en Paraguay los aviones Cessna. Tras su regreso al país, en 1989, emprende una meteórica carrera empresarial fundando una casa de cambio de divisas convertida después en un banco, ingresó como socio en una empresa tabacalera, adquirió una licorera y representó otras firmas internacionales.
Su incursión en política comienza en 2009 al afiliarse al Partido Colorado y a pesar de las acusaciones repetidas durante la precampaña electoral, resultó ganador de elecciones internas y postulado como candidato presidencial en diciembre de 2012. De la mano de Cartes, el Partido Colorado volvió al poder y ahora éste asume con un gabinete de tecnócratas basándose en la necesidad de reconstruir un país golpeado por la corrupción, la inequidad social y una macroeconomía cuyos resultados nunca llegan a la población. Como desafío vital, tomando en cuenta el carácter mediterráneo del país, deberá definir si regresa a los bloques integracionistas regionales o pretende la aventura de ignorar esa realidad en sus relaciones internacionales.
El retorno del Partido Colorado al gobierno constituye un innegable traspié para el progresismo latinoamericano, afirmó el diario uruguayo La República en un editorial, e interpretó que con la elección de Cartes “la marcha hacia la justicia social y el crecimiento responsable en Paraguay encuentra un serio obstáculo para su consecución”. El progresismo sudamericano ha sufrido un retroceso, insiste el rotativo al señalar que el Partido Colorado volvió al gobierno “de la mano de un candidato casi sin antecedentes políticos, pero con una trayectoria de empresario exitoso”. Agrega que Cartes no es solamente un hombre políticamente situado a la derecha... sino que su trayectoria lo define como un hombre de negocios inescrupuloso.
Personalidad controvertida, Cartes tuvo acusaciones por contrabando, narcotráfico, evasión de impuestos, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, hechas hasta por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, pero nada ha sido probado. Sin embargo, viaja regularmente a Estados Unidos e incluso posee allí una empresa de venta de gaseosas, así como a Brasil a donde exporta cigarrillos sin haberse materializado acciones en su contra. (2)
El Ministerio Público recibió la primera denuncia en ese sentido procedente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos y un cable de Wikileaks de enero de 2010 ubicó a Cartes como “cabeza de organización de lavado de dinero en la Triple Frontera” de Brasil, Argentina y Paraguay. Sectores de izquierda lo vincularon con la preparación del golpe de Estado parlamentario que culminó, en junio del 2012, con la destitución del presidente Fernando Lugo y el pacto con el Partido Liberal, el cual asumió el poder por 14 meses.
La victoria de Cartes significó una especial derrota al Partido Liberal Radical Auténtico, con el cual se había asociado el pasado mes de junio para un expedito juicio político que sacó del poder al presidente Fernando Lugo. Aquel hecho incluyó un pacto con los liberales y permitió asumir la presidencia de la República a Federico Franco por 14 meses. Sin embargo, dicho acuerdo sentenció al gobierno liberal a cargar con el aislamiento internacional y la suspensión de su membresía en los organismos integracionistas de Mercosur y Unasur, así como a un gran revés en los comicios celebrados en abril.
Los comicios marcaron también, prácticamente, la liquidación de partidos como Patria Querida y la disminución significativa de Unacé, que había optado por apoyar al liberalismo a última hora tras la muerte de su líder Lino Oviedo. (3)
En realidad, la victoria electoral de Cartes no fue lo suficientemente amplia como para garantizarle la mayoría en el Senado, y le arrebata gobernaciones departamentales que siempre controlaron. Además, la constitución del Senado mostrará, con el novel resultado electoral, la presencia del bloque más importante del sector de la izquierda encabezado por el Frente Guasú, lo cual puede actuar en la práctica como una suerte de contrapeso del hasta ahora poder omnímodo en la política nacional.
Los resultados de los comicios arrojan que los partidos de izquierda y centro controlan el 27,6% de bancas en el Senado frente al tradicional control de la derecha. Esta situación inédita en la Cámara Alta permite avizorar posibilidades de importantes coincidencias de 11 senadores que, aunque no constituyan una alianza oficialmente pueden avanzar en proyectos de carácter social, generalmente apoyados en forma dispersa por el grupo de partidos. Dicho grupo está constituido por el Frente Guasú que logró incluir a cinco de sus candidatos como senadores con el ex presidente Fernando Lugo a la cabeza, el Partido Democrático Popular, con otros tres, Avanza País, que logró dos y Encuentro Nacional, con otro senador.
Un análisis hecho por Ricardo Canese, dirigente del Frente Guasú y electo diputado al Parlamento Suramericano, al cual tuvo acceso Prensa Latina, recordó que eso representa un 130% más de lo obtenido en las votaciones de 2008 por el sector de izquierda y centro. Sin que ello signifique aún una agrupación pragmática ni pacto alguno se convirtió en la mayor posibilidad de influencia en la modificación de un Senado en el cual los tradicionales partidos Colorado y Liberal no contaron con los votos populares para asegurarse la mayoría que impondrá leyes.
Sin embargo, todo hace indicar que, por ejemplo, algunos proyectos que el Frente Guasú prepara dentro de la agenda parlamentaria ahora en preparación pueden ser compartidos con ese bloque, como es el caso de la Ley de Educación y la Ley de Medios, entre otros. Hay que señalar, además, que el respaldo conseguido por el Frente debe significarle derechos para integrar la mesa presidencial de la Cámara Alta como tercera fuerza política, posiciones en las Comisiones Permanentes y uno de los tres miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Nota:
1. El líder del Frente Guasú Fernando Lugo reveló que Franco compró al alemán Hans Jurgen Heinrich una quinta en Colonia Independencia, en el departamento de Guairá, a 161 kilómetros de Asunción, a un costo de 400 mil dólares en efectivo. Cuenta con una casa principal amplia y confortable, otros dos chalets aledaños, un enorme quincho rodeado de balcones panorámicos, una piscina grande y hasta una pista de aviación para aparatos ligeros.
Además, el abogado Lelis Olmedo presentó ante la Fiscalía General del Estado una denuncia por contrabando de mercaderías llegadas desde Hong Kong contra el concejal Freddy Franco, hijo del ex presidente Federico Franco. La prensa local divulgó que el acusado y la senadora del Partido Liberal Zulma Gómez ejercen la protección del esquema violador de las leyes aduaneras y reciben pago por cada operación realizada. Según la denuncia, el contrabando se realiza utilizando el aeropuerto internacional de Ciudad del Este, a 325 kilómetros de esta capital, y por cada vuelo los involucrados reciben la cantidad de 30 mil dólares.
2. La Tabacalera del Este (Tabesa) está acusada en Brasil de piratería y es incriminada por supuesto contrabando de cigarros, según la revista Época, de la editora Globo. El proceso contra Tabesa está a cargo de la Cuarta Jurisdicción Empresarial de Río de Janeiro, cuyo juez Mauro Pereira Martins emitió un fallo preliminar en el cual sostiene que existe documentación probatoria de la “práctica de actos de competencia desleal” de esa empresa, revela la revista. La acusación fue presentada el 24 de junio de 2012 por Souza Cruz S.A., líder absoluta del mercado nacional de cigarro de este país, que atribuye a Tabacalera del Este de inundar el mercado brasileño con cigarrillos ilegales. La firma podría enfrentar penas de multa de 50 mil reales (25 mil dólares) por cada captura de cigarrillos de la demandada en este territorio.
Según medios de comunicación brasileños, Cartes fue incluido en la lista de piratería de Brasil en 2003, cuando una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) de la Cámara de Diputados descubrió su posición mayoritaria en Tabesa, en sociedad con María José Ribalta. Sus productos están destinados para el sur y sudeste de Brasil, a donde ingresan de manera ilícita, revela un informe de la Comisión parlamentaria. Su principal contacto en el mercado interno se llama Fahd Yamil, investigado por su presunta implicación con el crimen organizado.
Según Souza Cruz S.A., los productos de Tabesa ocupan el 41,9% del mercado total de contrabando brasileño y el 7,9% del negocio total de cigarrillos en este territorio. Además de contrabando, Cartes también fue investigado por lavado de dinero en 2009 en la triple frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) por Estados Unidos. El libro “La otra cara de HC”, del periodista paraguayo César “Chiqui” Ávalos, muestra documentos sobre los procesos judiciales y las denuncias hechas contra el electo jefe de Estado desde 1985, cuando salió a luz pública un escándalo con divisas que habría perjudicado al Estado de esa vecina nación en cerca de 100 millones de dólares.
Por otro lado, el piloto de una aeronave capturada hace tres semanas en Uruguay en la operación antidrogas "Wayra" resultó ser tío del presidente Cartes, reveló el diario de la ciudad de Durazno El Acontecer. Juan Domingo Viveros Cartes, de 66 años de edad y tío del flamante mandatario, fue identificado mediante fotografías y registros de huellas dactilares que autoridades judiciales uruguayas enviaron a Asunción. Durante su arresto, piloteando un avión con combustible presumiblemente para reabastecer a otra nave que transportaba más de 400 kilos de marihuana, se había identificado con otro nombre.
El Acontecer citó fuentes paraguayas para establecer que Viveros Cartes, actualmente preso en Uruguay, soporta una condena de 17 años en Brasil y una orden de captura vigente en Paraguay. El rotativo publicó detalles de la trayectoria delictiva de Viveros Cartes a partir de 1985, cuando fue detenido y pasó a colaborar con la DEA de Estados Unidos. Conocido como "Papacho", realizó varios vuelos con cargas de drogas, presuntamente con "entregas vigiladas" por esas autoridades estadounidenses. En 2001 fue detenido en Sao Paulo, piloteando una avioneta con 250 kilos de cocaína. Procesado y condenado a 17 años de cárcel, logró -mediante un convenio de intercambio de presos- volver al Paraguay donde consiguió reclusión domiciliaria.
3. El ex general Lino Oviedo dejó como legado un "oviedismo sin Oviedo" y sin futuro, en opinión de algunos analistas políticos, y también una fortuna personal de casi mil millones de dólares. Él mismo declaró a La Nación: "Tengo aproximadamente en Europa, tengo en Inglaterra, tengo dinero en Alemania, dinero en Francia, en Suiza, Estados Unidos, tengo dinero con los jefes árabes, tengo con la central en Dubai, en Singapur, en Corea, en Japón, en Israel y Taiwán. Mis amigos. Y en Sudamérica, Chile, Uruguay y Brasil". Según cables diplomáticos filtrados por la plataforma Wikileaks, el ex embajador de Estados Unidos en Asunción James Cason calificó a Oviedo de "megalómano, mesiánico, antidemocrático, mentiroso, loco, promiscuo, populista, adulón y vanidoso". La nación del norte negó visa en 1997 al futuro líder de Unace, bajo "cargos de terrorismo". Cason informó que el hombre "tenía vínculos con narcotraficantes y posibles lazos con el asesinato del director de la unidad antinarcóticos de Paraguay".
Al pronosticado descalabro del partido oviedista, Unace (Unión Nacional de Ciudadanos Éticos) -un desprendimiento del tradicional Partido Colorado-, uno de los hijos del interfecto, el diputado Ariel Oviedo, dijo que "Apenas es el final del principio". Sin embargo, es preciso recordar que Oviedo, a sus 69 años, iba ya por su tercera campaña electoral en pos de la banda presidencial y, sobre todo, que el viejo ex militar marchaba al morir tercero o cuarto en la mayoría de las encuestas de intención de voto. (El caudillo Oviedo y la duda entre el empresario y el político, Jesús Adonis Martínez, periodista de la Redacción Sur de Prensa Latina)
* Corresponsal de Prensa Latina en Paraguay.
Nota publicada en Bolpress.com