Casi un 80% expresa desaprobación de gestión a Maduro. La escasez, la inflación, la criminalidad, la corrupción y en fin, la incompetencia e inestabilidad, cae sobre los hombros del mandatario. Chávez lograba escurrir el bulto en sus colaboradores. Pero Maduro no. Un careo que pone al excanciller, al filo de la ingobernabilidad.
La incapacidad y la crisis de gobernabilidad viene a cuento porque no hay mejor favor que le puedan hacer a Maduro, que distraer la agenda con una constituyente. Un instrumento palaciego que ha servido históricamente para promulgar constituciones prêt-à-porter al gendarme de turno. Después de 26 constituyentes no es difícil concluir que cada comodín, no ha sido más que un medio para justificar un fin: poder eterno. El común denominador de cada melange constitucional, ha sido la preeminencia del ejecutivo sobre los otros poderes, culto a su majestad, y borrón y cuenta nueva. Otra tipicidad ha sido el carácter militarista de nuestras constituciones, salvo la del 61, que definió la condición no-deliberante y profesional de las FFAA. Después de 200 años de vida republicana, nuestras constituyentes han devenido centralizadoras, involutivas y disolutivas. Una herramienta política inconveniente y maniquea, que bajo el ardid de la participación democrática ha dejado en manos populistas, nada mas y nada menos, que la concepción de un nuevo Estado liberal, capaz de consagrar las tendencias universales de los nuevos tiempos. Pero nos quedamos en telarañas...
En una entrevista de Oscar Yanes a Hugo Chávez (junio de 1998/candidato presidencial), el moderador fue determinante en decir que la constituyente es una farsa: "un parapeto supradictatorial, capaz de cambiar el nombre de la República, el período presidencial, la organización del Estado, el escudo, la bandera, la estructura militar, y en fin, meterse hasta en nuestro modo de caminar o de ir al retrete". En su momento un Chávez contrariado, contestó: "Usted no sabe lo que dice Yanes... Una constituyente es un proceso democrático, previsto en el Art. 4 de la C-61 (el poder reside en el pueblo) y en el Art. 181 de la vieja LOS, que nos lleva a referéndum". Obviamente ni el 4to-C-61, ni el 181 de la LOS, conducían a constituyente. Pero ese fue el peine que se dejo meter la extinta CSJ, y aquí nos trajo.
Como ninguna revolución es legalista, sino reformista a juro, veamos los resultados de la constituyente-99: unicameralidad del Congreso; reorganización de los poderes públicos; aumento del período presidencial, reelección inmediata; autonomía y carácter deliberante de las FFAA; cambio del escudo, del huso horario y una estrella más a la bandera; cambio de la moneda nacional y del rostro de Bolívar; nacionalización salvaje y desaparición del Federalismo autónomo... Pero existen otras consecuencias más notables en términos de gestión y conducción de la hacendada del Estado: hoy 300 millones de dólares diarios en venta de crudo, no dan para tener papel sanitario, luz, leche, medicamentos ni seguridad. Pasamos de 16 ministerios a 36; de 900 mil empleados públicos a 4 millones, y de una tasa de cambio de 573 Bs/$ a 6300 Bs/$ (sin contar paralelo). Acumulamos una devaluación del 1000% en 14 años (que es más), con un aumento del precio del petróleo de 935% (de 10$ a 110$/barril). La nómina de Pdvsa pasó de 40.000 empleados a 120.000 y su deuda de 6000 MM$ a 40.000MM$. Los homicidios de 4.500 (1999) a 21.692 asesinados (2012), con una compra de armamento de 14 mil millones de dólares... 22.500 inmuebles han sido invadidos a nivel nacional; 600 fincas intervenidas (3 millones de hectáreas), con una inflación (1999-2012) del 933%. Han migrado a otros países más de 60MM$... El 97% de los delitos no son castigados. Se han destinado 12MM$ estatizando empresas y solo se ha pagado el 7% del total estatizado. El 70% de los jóvenes de la educación pública no se gradúan de bachiller. En 1999 importábamos el 1% del consumo de carne y ahora el 59%. Después de 230 años exportando café (en 1998 despachamos 388 mil quintales al exterior), en 2009 llegamos a 0. El total de alimentos importados alcanza el 70% y los apagones mantienen a oscuras el 60% del territorio nacional. La administración pública registra 2.200 militares en cargos de alto nivel y 3.000 más en cargos medios y bajos. 15 millones de armas circulan sin ningún control. En 34 recintos penitenciarios hay 12 mil camas para 45.000 reclusos, y los pranes andan por libre escoltados con GN. El sistema de salud público colapsó: no hay material para radioterapia, ni medicamentos, ni reactivos para detectar el VIH, ni gasa ni merthiolate, mientras cunde el Mal de Chagas y la Malaria. Desde 1999 hasta 2012, se han ido 7.000 médicos venezolanos (mi hermana incluida) y 9 mil científicos. No hay carros, no hay repuestos y la delincuencia se da banquete desvalijando vehículos para reutilizarlos. Otra devaluación está en camino...
Maduro es uno más de esa lista y una constituyente seria su salvación. ¡Que historia amigos, diría Agustín...!
Nota publicada en eluniversal.com