¡Epa, gente! Chávez no vive...

Y trancaron las calles colapsando la ciudad -ya siempre bastante comprometida. Y se lanzaron a las calles, tiñéndolas de rojo.  Y vertieron lágrimas de dolor por el comandante ya ido, mientras recordaban su última gran victoria.

Lo que fue su heroica inmolación electoral bajo aquella lluvia de octubre, que luego borraría un 5 de marzo y terminaría arrasando un 14 de abril, cuando su "hijo" dilapidaría el enorme capital político heredado.

Las gestiones del "hijo de Chávez" han sido nefastas para el chavismo y para el país. Su muy cuestionado triunfo electoral, su pésima gestión ante el gobierno y sus incontables cantinfladas discursivas, le han servido para perder el apoyo de buena parte de la base revolucionaria.

Ante esta realidad, la cúpula de enchufados sigue con la estrategia trazada desde los primeros días del pos-chavismo: mantener viva la imagen y memoria del Comandante "eterno", mientras se dibujan en el imaginario colectivo amenazas externas casi siempre provenientes del imperio o de la "derecha fascista".

Chávez es el comodín que usan para todos sus desmanes y dislates. Lo mantienen vivo en las pantallas de VTV y los demás medios públicos, donde repiten hasta el cansancio sus alocuciones, forran las calles con afiches de su rostro y lo citan en los discursos más inverosímiles e intrascendentes.

De tanto manosearlo, lo van a borrar.

Ciertamente Goebbels demostró que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad, pero ni las más formidables de sus estratagemas propagandísticas pudieron evitar la derrota de la Alemania nazi. La realidad lo avasalló.

Creo que nuestro pueblo comienza a darse cuenta que la memoria de Chávez está siendo utilizada para mantener en el poder a una casta de militares y civiles bastante incompetentes y corruptos. "Son peores que los adecos de la IV", me decía un joven chavista en estos días.

El sentir entre revolucionarios es que la revolución perdió su rumbo y su capacidad de reinventarse. El sentir entre los opositores es que ya no hay encantador de serpientes que sepa manipular al pueblo.

Entre esos dos extremos, la verdad es que comenzamos a darnos cuenta todos de que Chávez no está entre nosotros. Que su memoria no es suficiente para articular las políticas necesarias para hacernos avanzar como país, y que es hora de comenzar a dar un giro en la distribución del poder. Cambios que quizás veamos ejecutarse a partir de este diciembre.

Nota publicada en eluniversal.com