Un Doctorado para Maduro

Un título de Doctor Honoris Causa para Maduro resolvería muy revolucionariamente los problemas que éste enfrenta desde el Gobierno, ungiéndolo de facultades académicas y cognoscitivas antes negadas para él.

El régimen chavista tiene muy en claro que no hay nada mejor, en esta revolución de las palabras, que cambiarle el nombre a las cosas para que éstas funcionen mejor. Así tenemos el caso de los ministerios, que ahora funcionan con un alto grado de eficiencia y compromiso colectivo desde que todos se hacen llamar: Ministerio de Poder Popular. Observemos también el nombre de nuestro país: desde que Venezuela oficialmente pasa a ser República Bolivariana de Venezuela (qué bonito suena, ¿verdad?), hemos asistido a la prosperidad de nuestra nación y al crecimiento de un hombre, Chávez, que de tanto crecer y crecer ahora le llaman el Gigante, y lo tenemos que ver dirigiendo nuestra mirada hacia arriba, como observando a un enorme y descomunal coloso, aplastados todos por lo que este hombre tan pesado y tan grande hizo por el país. Maduro ha insistido en esta revolución de las palabras, por lo que el simple vocablo de: "doctor", si le concedieran tal título, le daría poderes extraordinarios, de súper hombre, como los que tenía el Gigante.

Todos sabemos que Maduro no es bachiller, según reza su expediente como trabajador del Metro de Caracas; y eso es una injusticia para un hombre del cual se presumen, el Gigante lo eligió su sucesor, sobradas lecturas e inteligencia, con un conocimiento profundo y holístico de la realidad venezolana y del mundo. Y para dejar de presumirlo y sea un hecho, como las palabras mudan las realidades, en revolución, menester es que a Maduro alguna universidad del Gobierno le otorgue su Doctorado Honoris Causa por el bien de todos, porque: ¿usted le daría poderes especiales para legislar a un hombre que ni siquiera la secundaria ha terminado, habiendo tanto bachiller?

Maduro se propone con esos poderes especiales de la Ley Habilitante que está solicitando combatir la corrupción. Y de verdad que necesita esos poderes especiales: ¿usted se imagina que Maduro le diga a su esposa, Cilia Flores, con el carácter que tiene, que es corrupción y tráfico de influencia darle trabajo en la Asamblea, sin concurso alguno, a buena parte de su familia? ¿Usted se imagina a Maduro diciéndole a miembros de la familia Chávez que es peculado de uso vivir en la residencia presidencial, La Casona? ¿Usted se imagina a Maduro preguntándole tímidamente, en voz queda, a Diosdado Cabello por un baño que éste mandó a construir en una dependencia de la gobernación de Miranda por medio millón de bolívares?

Es difícil de imaginar; pero lo que resulta verdaderamente imposible de concebir, sin que Maduro tenga poderes especiales de conocimiento y erudición, es cambiar el modelo económico venezolano para dejar de ser un país rentista y monoproductor de petróleo, que vive de la importación. Lo que no se ha logrado hacer en tantos años de vida republicana, Maduro lo va a emprender con una ley hecha por él mismo (para eso quiere la Habilitante), mientras se atusa su espeso bigote y mira concentradamente, desde su despacho en Miraflores, al Cuartel de la Montaña, donde reposa Chávez, diciéndose a sí mismo, fraguada ya la ley: "si me viera mi Gigante".

Maduro tendrá muy cuesta arriba hacer estas leyes económicas y anticorrupción en caso de no dársele este Doctorado Honoris Causa, que le transfiera milagrosamente y por ósmosis estos conocimientos. Nos urge, pues, que nuestro Presidente tenga estos conocimientos si va a legislar (¿a que usted en un país normal jamás le daría poderes especiales para legislar en materia económica a una persona que no tenga noción alguna sobre ciencia económica y no se asesore de los mejores especialistas?), y no podemos esperar que saque el bachillerato con alguna misión educativa presidencial (aquí se le podría ayudar, es el Presidente, evitando que curse algunas materias incómodas como matemática, física o química, las que llaman las tres Marías) y que luego reciba clases en la universidad por 4 o 5 años de economía.

No se puede esperar tanto, un Doctorado Honoris Causa para Maduro en materia económica resolvería este espinoso problema; ya saben, la ignorancia es atrevida.

Nota publicada en eluniversal.com