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REDES SOCIALES
Lunes 14 de octubre 2013

"¿De qué gas vamos a disponer los bolivianos?"

Por: Marcelo Quiroga Santa Cruz *
'¿De qué gas vamos a disponer los bolivianos?'
Foto: beforeitsnews.com

Fragmentos de un texto inédito (Seminario obrero de promoción sindical. La Paz, Radio Continental, noviembre de 1978) donde el líder socialista, 10 años después de la nacionalización, analiza la situación de los hidrocarburos, el contrato de venta de gas al Brasil, la brasileñización del poder político y el despilfarro por la dictadura banzerista de los beneficios económicos de la expropiación a la Gulf. ¿De qué gas vamos a disponer los bolivianos?, se pregunta Marcelo. Un análisis vigente.

¿Cuál fue el resultado de la expulsión de la Gulf?

El país recuperó gas y petróleo que estaban en poder de la Gulf por un valor de 5 mil millones de dólares. Gracias a esa medida, la Nacionalización del Petróleo, es que el gobierno del general Banzer pudo sobrevivir.

El 21 de agosto de 1971, el barril de petróleo se vendía en el mercado internacional a 2,50 dólares, es decir, 50 pesos el barril. Desde 1974, el barril llegó a venderse a 16 dólares, es decir, 320 pesos cada uno.

Otro tanto ocurrió con la medida de la Nacionalización de las Minas. Se vendía, la libra fina de estaño a 1,50 dólares, al 21 de agosto de 1971. Y ustedes habrán escuchado por radio todos los días, las semanas pasadas, la información de que el estaño logró venderse por encima de 7,50 dólares. Eso permitió al gobierno de Banzer recibir una cantidad de dinero al año que jamás ningún gobierno en nuestra historia había recibido.

Todo lo que el país vende al año al exterior, todo el valor de sus exportaciones, era de más o menos unos 200 millones de dólares al año, hasta el año 1971. Hoy día, el valor de las exportaciones está por encima de 700 millones de dólares.

Un gobierno que recibe como ningún otro en nuestra historia, tres o cuatro veces más de lo que recibían todos los otros, era un gobierno que no debía tener necesidad de contraer más deudas. Es como si un trabajador fabril, en lugar de ganar 3 mil pesos, le aumentan su sueldo a 6 mil, debería serle suficiente para vivir en mejores condiciones que antes, y no contraer más bien deudas y más obligaciones. Debería servirle para pagar alguna de las deudas que tenía.

Banzer: deuda externa, despilfarro y corrupción económica

¿Pero qué ha pasado con el gobierno? Bolivia debía al exterior hasta el año 1971, más o menos 500 millones de dólares, y cuando el general Banzer se fue nos presentó a esta nueva Bolivia en quiebra, a este desastre que nos deja como herencia a nosotros y a las nuevas generaciones: una deuda externa que está por encima de los 2.500 millones de dólares. 2.000 millones de dólares en siete años de gobierno.

Doy estos datos para llegar a una conclusión compañeros trabajadores fabriles: durante estos siete años un gobierno que dispuso de tres o cuatro veces más de ingresos por concepto de exportaciones, un gobierno que recibe en préstamo 2.000 millones de dólares, un gobierno que devalúa la moneda, como la devaluó en 1972, lo que significa arrancarles a los trabajadores el valor adquisitivo de su salario real, es un gobierno que tuvo como ningún otro en nuestra historia condiciones favorables para utilizar esa economía extraordinaria en beneficio del pueblo de Bolivia.

¿Cuáles son las medidas que se han tomado, cuáles son las obras que se han desarrollado?Ahí tenemos una autopista donde muere casi cada día una persona en accidentes que ha llegado a costar mucho más que el precio original. Y así toda obra pública.

Tenemos algunas obras públicas demagógicamente proyectadas. Ustedes podrían estar esta tarde en ese partido de fútbol que se está realizando o va a realizarse, por ejemplo. Un Estadio verdaderamente remodelado, un estadio donde entra más gente. A todos nos gusta ver un estadio mejor. ¿Pero cuánto ha costado esa remodelación? 37 millones de dólares se han gastado en los famosos Juegos Bolivarianos. 37 millones de dólares.

¿Para qué habrían alcanzado esos 37 millones de dólares? Habrían sido suficientes para financiar toda la fundición de estaño del país, la materia prima de la que vive substancialmente nuestro país, la base de nuestra economía.

Es decir, es un gobierno que hace una que otra obra visible más o menos espectacular, demagógicamente, para engañar, inclusive, a los sectores populares, pero que en el fondo derrocha esa economía y la encontramos después en forma de fortunas personales de todos aquellos que han sido funcionarios públicos, ministros de estado, que entraron sin un centavo y salieron ricos, por haber alquilado sus servicios como funcionarios públicos a la pequeña oligarquía que es la que controla el poder en nuestro país.

Convenio de compra venta de gas al Brasil y los compromisos incumplidos

Y aquí quisiera entrar a la parte final que es una explicación de este convenio internacional que ha suscrito el gobierno del general Pereda con el gobierno del general Geisel del Brasil.

El gobierno del general Banzer, el año 1974, recibió la visita del presidente del Brasil, recuerdan ustedes en Cochabamba, y allí se firmó un Convenio para exportar gas al Brasil.

Desde entonces, han transcurrido cuatro años y medio, porque fue en mayo de 1974, y esta negociación con el Brasil no progresó, no se llevó a la práctica, no entró en ejecución. Pero el gobierno del general Pereda, inmediatamente después de asumir la presidencia, y en ese plazo que transcurrió de 100 días nada más, inicia y termina una negociación en la mayor reserva, a espaldas del pueblo de Bolivia, una negociación que termina en la suscripción de eso que se ha llamado la Carta de Intenciones para la venta de gas al Brasil.

¿En qué consiste este compromiso? Vamos a explicar cada uno de sus puntos.

El año 1974, el gobierno de Banzer se comprometió a exportar 240 millones de pies cúbicos al día de gas (Mp3/d). Pero se comprometió a exportar ese gas con dos condiciones: que el Brasil prestara dinero para desarrollar las reservas de Hierro del Mutún y producir acero allá, además, producir fertilizantes a base de gas y producir selenio. El Brasil se comprometió a apoyar financieramente, a prestar dinero para el desarrollo de eso que se ha llamado el Polo del Sudeste.

La segunda condición era, que como esa industria del acero, la de fertilizantes y de cemento, iba a producir más de lo que el país podía consumir, el excedente, el Brasil se obligaba a comprar, o sea, estaba asegurado el mercado para la producción.

Durante cuatro años y medio, el gobierno dijo al pueblo de Bolivia: hay que vender el gas, hay que vender el gas al Brasil, porque sólo así vamos a conseguir préstamo para el polo de desarrollo y sólo así vamos a tener seguro mercado para nuestros productos. Esta es la gran ventaja.

Resulta que el sucesor del general Banzer y elegido por él mismo, que es el general Pereda, ahora suscribe una Carta de Intenciones con el gobierno del Brasil y le dice: estamos dispuestos a venderle de inmediato, ya no 240 Mp3/d, sino 400 Mp3/d, casi el doble. Y eso inicialmente, para aumentar después, y además renunciamos al mercado y renunciamos a los préstamos, es decir, nos olvidamos del polo de desarrollo. Todo lo que quieren es vaciar de gas el país.

¿Por qué? ¿Con qué propósito aceleran esta negociación? Vamos a plantearnos algunas preguntas para orientarnos sobre el problema.

Si el gobierno del general Banzer, en su momento, y del general Pereda, ahora, estuvieran tan convencidos de que esta operación convienen a los intereses del país, ¿por qué negocian en reserva?, ¿por qué lo hacen en secreto?, ¿por qué no anuncian públicamente su intención y permiten que el pueblo de Bolivia discuta libremente? Que se den todas las razones a favor y en contra. Que los trabajadores y el pueblo tengan la ocasión de conocer todos los argumentos, formarse una opinión, un criterio propio. ¿Por qué ocultan la negociación, inclusive a la propia institución armada?

Las Fuerzas Armadas no han sido consultadas el año 74 para suscribir el Convenio con el presidente del Brasil y no han sido consultadas ahora, el 25 del mes pasado, para firmar la Carta de Intenciones. Después de firmada la Carta de Intenciones, recién, el Ministro de Energía e Hidrocarburos y el gerente de yacimientos viajaron a las guarniciones para explicar en qué consistía la negociación, es decir, un gobierno que invoca el respaldo de las Fuerzas Armadas, no las consulta ni siquiera a ellas para hacer un convenio internacional que implique el agotamiento de ese último recurso que tenemos.

Los recursos no renovables son el pan de hoy y el hambre de mañana

Y hay que pensar compañeros que a lo largo de nuestra historia este ha sido el signo de nuestro país.

Nacimos como República, nacimos a la vida formalmente independiente, nunca lo hemos sido, somos parte del sistema imperialista y, por lo tanto, formamos parte del área sometida, subordinada, explotada a nivel internacional. Pero tuvimos la fortuna de tener en nuestro territorio recursos no renovables como el estaño, como la plata antes, como el petróleo, hasta hace poco, y el gas del día de mañana. Pero también hemos tenido el infortunio histórico de ser poseedores de esos recursos. Ellos han atraído al capital financiero internacional. Ellos son la base de la consolidación económica de las oligarquías que han de explotar a nuestro pueblo.

Y como son recursos que se agotan, son el dinero de un día, el pan de un día, y el hambre de mucho tiempo. Ahí está ese Cerro Rico de Potosí, lleno de agujeros, como testimonio mudo de una riqueza pasada que jamás sirvió al pueblo de Bolivia. Está nuestro estaño, hace decenas de años que no se descubre más un yacimiento estañífero de la importancia de los que se descubrieron antes. Está nuestro petróleo que ya hemos dejado de exportar y que comenzaremos a importar. Y ahora quieren agotar este último recurso que queda a los bolivianos que es el gas.

Debate público sobre las reservas

Sobre la Carta de Intenciones suscrita con el Brasil, quisiera ahora comentar algunos de los argumentos que el gobierno da a favor de la negociación.

Para empezar, el gobierno sostiene que hay reservas suficientes. Nosotros, hemos desafiado a los representantes del gobierno a un debate público, con documentos. Que gobierno y nosotros, cada uno lleve documentos que prueben quién dice la verdad y quién tiene la razón sobre las reservas.

El gobierno dice que tenemos 6 billones de pies cúbicos. Nosotros hemos demostrado documentadamente que ésta no es la verdad. Que las reservas probadas recuperables de gas no alcanzan, en realidad, a los 3 billones, es decir, a la mitad y que, tomando en cuenta un incremento que ha podido producirse ligeramente en los últimos años, se aproximaría a 4.

Resulta que Bolivia tiene un compromiso suscrito hace seis años, es decir, las exportaciones de gas a la argentina comenzaron hace seis años, compromiso, por el que se exporta todos los días 150 Mmp3/d, y el gobierno de Banzer y el del general Pereda se han comprometido a aumentar esta cantidad a la Argentina a partir del próximo año, con lo que la Argentina recibirá 220 millones Mp3/d. Si a eso ahora se suma lo que se ha comprometido ahora al Brasil, 400 Mp3/d, tendremos una exportación diaria de más de 600 millones. A ese ritmo de explotación, todas las reservas conocidas, recuperables del país, en este momento, se agotan. Se agotan en la exportación a la Argentina y la exportación al Brasil.

¿Y el gas para los bolivianos?

¿Y qué queda para Bolivia? ¿De qué gas vamos a disponer los bolivianos?

Pensemos, además, en el uso que debería darse a ese gas. ¿Por qué hay un gasoducto a la Argentina y ahora piensan construir otro hacia el Brasil, pero no hay una tubería que traiga el gas desde los lugares donde se producen, acá (La Paz)? ¿Por qué no hay una tubería que lleve ese gas a las minas? ¿Por qué ese gas no comienza a reemplazar al diesel, no comienza a reemplazar al kerosene, porque es mucho más barato? ¿Por qué no es fuente de energía barata para uso doméstico industrial? Porque quienes conducen el gobierno están interesados en vaciar al país de sus riquezas. Venderlas para seguir endeudando al país.

Si se agota ese gas, Bolivia no podrá tener nunca una acería. Para producir acero necesitamos el gas. Si se agota el gas, Bolivia no podrá tener energía termoeléctrica, generada con gas. No podrá reemplazar el petróleo que se nos está agotando, y que hay muy poco en Bolivia, con ese gas, como energético para producir energía. Hay 20 proyectos industriales que se le ha asignado a Bolivia en este Acuerdo Subregional Andino, el Acuerdo de Cartagena del Mercado Andino. No podrían cumplirse ninguno de los 20 proyectos, porque no tendríamos gas.

Ustedes han debido oir hablar de esa sociedad con la Argentina y Colombia para producir pesticidas. Hace años que viene hablándose de esto. No podríamos producir pesticidas, ni polímeros, ni fertilizantes, nada de aquello que necesita el gas como materia prima.

Contenidos húmedos y precios

Ahora, ¿en qué términos ha comprometido la venta del gas el gobierno a favor del Brasil?

El gas que se extrae de la tierra es un gas húmedo. Tiene componentes, tiene contenido líquido. Mediante un proceso especial se extrae el contenido húmedo del gas. Ese contenido húmedo es la materia prima para la industria petroquímica. Lo que queda, el saldo, es un gas seco residual, que sólo sirve para producir energía.

El gobierno sostiene que nosotros vamos a vender solamente el gas seco, pero que antes vamos a sacarle el contenido húmedo para utilizarlo en la industria petroquímica. Y como siempre, el gobierno falta a la verdad.

En primer término, el contrato con la Argentina, que está cumpliéndose hace seis años habla también de gas seco, pero hace seis años que Bolivia está exportando gas húmedo. No extrae, absolutamente ninguno de los líquidos contenidos en el gas, porque no hay industria petroquímica en el país, porque no se utiliza, se vende esta materia prima a la Argentina.

Y con el Brasil va a pasar lo mismo, porque la Carta de Intenciones suscrita con el Brasil, no dice gas seco, dice gas natural, es decir gas con el contenido líquido, con el contenido húmedo.

En lo que hace al precio, dice que el precio será igual al precio de aquellos combustibles pesados como el diesel, el kerosene, el fuel oil, supongamos, puesto en el Brasil, puesto en San Pablo, pero descontando el flete desde la frontera.

Pero resulta que el gas nuestro no ha de ser utilizado por el Brasil para producir energía, sino justamente para su industria petroquímica. Son esos contenidos húmedos los que necesita el Brasil y, luego, no dice si el factor de referencia, para definir el precio, va ser el diesel, va ser el kerosene o va a ser el fuel oil, dice los derivados pesados, los combustibles, simplemente.

En cuanto a la revisión periódica del precio, ustedes saben lo que ocurrió con el Contrato con la Argentina. Ese es un contrato de gas que ha sido firmado por el gobierno del general Barrientos Ortuño, cuando el ministerio de Minas y Petróleo estaba en manos del P.I.R., ese ex-partido de izquierda del que era jefe, el que actualmente es Canciller de la República, el señor Ricardo Anaya, el ministro era el señor Miguel Bonifaz y el Gerente de Yacimientos era el coronel Patiño Ayoroa. Ellos firmaron ese Contrato de Venta de gas a la Argentina por 20 años a precio fijo.

El gobierno, dice ahora, que ha conseguido del Brasil, y muestra esto como una gran victoria, que se revise periódicamente el precio del gas. Y hay una cláusula en la Carta de Intenciones que dice lo siguiente: el precio del gas se revisará periódicamente. Pero no dice en qué períodos. ¿Cada seis meses, cada año, cada veinte años, cada cuánto tiempo? Dice simplemente periódicamente.

Y luego dice se revisará el precio del gas, en relación con el precio que tengan ciertos hidrocarburos en el mercado internacional. Qué hidrocarburos, es decir, es una cláusula que podría decirse en otras palabras, el precio se revisará de cuando en cuando, en relación con los precios que obtengan no sabemos qué productos. Y esto es lo que nos muestran como una gran conquista.

Finalmente, el gobierno dice que no hay que preocuparse, que por ahora lo que ha firmado es simplemente una Carta de Intenciones y que el Contrato de Venta de Gas se firmará después, cuando concluyan los estudios.

Y el Gerente de YPFB llegó a decir: cuando se construya el gasoducto. Es decir que podemos nosotros construir el gasoducto hasta la frontera, con una inversión de cientos de millones de dólares y si no llegamos a un acuerdo sobre el precio del gas con el Brasil, entonces, el Gerente de yacimientos ordena que se recoja la cañería y se la devuelva al vendedor. Esta es la explicación absurda que da el gobierno.

Pero la Carta de Intenciones dice, muy claramente, que el proyecto a estudiarse por una Comisión Mixta, tiene que estar terminado antes de Junio del próximo año. Que el Contrato de Venta, el contrato propiamente, debe definirse paralelamente para que termine simultáneamente con el proyecto y que las gestiones para encontrar financiamiento deben comenzar también de inmediato, es decir, la decisión del gobierno es acelerar este proyecto, concluirlo y consolidarlo antes de junio del próximo año.

Por eso, entre otras cosas, el gobierno no quiere elecciones en 1979. El gobierno quiere permanecer como tal, tanto tiempo como le sea necesario, para consolidar estos convenios internacionales que son repudiados por la mayoría nacional. Lo que no quiere es que un gobierno constitucional, con un parlamento en ejercicio, pueda fiscalizar los actos del gobierno, discutirlos y finalmente impedir esta nueva forma de entrega de las riquezas nacionales.

Yo creo que me detengo acá para absolver cualquier pregunta sobre el problema y poder aclarar, aún en mayor medida, este asunto, estoy a las órdenes de ustedes.

Brasileñización de Bolivia

De modo que aquí está la prueba documental de que el gobierno ha llegado a esta negociación con el Brasil, no tanto por razones económicas, sino políticas.

Se trata de preacuerdos políticos internacionales, porque el régimen del Brasil ha recibido del imperialismo norteamericano la misión delegada de contener el proceso revolucionario en América Latina y en el cono sur. Y por eso la política de nuestro gobierno, desde 1971, es una política de absoluto sometimiento a los intereses del gobierno brasileño. Y podemos dar no uno, sino muchos ejemplos y pruebas de esto que acabo de decir.

Recuerden ustedes, por ejemplo, la pérdida de una importante fracción territorial en la zona fronteriza. Las constantes denuncias de pobladores de la frontera sobre la penetración lenta del Brasil. La imposición de su lengua, de su idioma, de sus costumbres. La brasileñización del propio territorio boliviano, sin una voz de protesta del gobierno de Bolivia. La edición de estampillas celebrando el natalicio del gran usurpador brasileño, sin una voz de protesta del gobierno de Bolivia.

Vean ustedes en el comercio, actualmente, si no está inundado de productos brasileños de mala calidad. Hay un déficit, en la balanza comercial, entre el Brasil y Bolivia que se acerca a los 100 millones de dólares, es decir, Bolivia importa 100 millones de dólares más que el valor de lo que exporta al Brasil cada año. ¿En qué cosas? Escarbadientes. ¿Son necesarios al pueblo de Bolivia, escarbadientes traídos del Brasil? ¿Es aceptable que un gobierno que se dice defensor de los intereses nacionales, destine los pocos dólares que han sido conseguidos con el esfuerzo de los trabajadores, con la liquidación de esa riqueza no renovable que es el petróleo, que es el gas, que es el estaño, que es el wolfran para traer escarbadientes, para traer whisky escocés, para traer caramelos de Inglaterra?

Esta es la política de los gobiernos militares que está liquidando la situación económica de nuestro país y arrastrando a la miseria a las masas trabajadoras.

Defensa integral de Bolivia

Habría que comenzar por considerar que el proceso de democratización no puede ser entendido solamente como elecciones para constituir los poderes del estado, sino como parte de todo un proceso, que involucra también la defensa de la economía popular, de la soberanía nacional y de los recursos naturales.

La situación, compañeros, que se presenta, no dentro de pocos meses, que se presentará dentro de pocos días es de la mayor gravedad: el alza de los precios de los carburantes es inevitable y está muy próxima. Ustedes saben lo que ocurre cuando se aumenta el precio de los carburantes: de inmediato suben los pasajes para el transporte colectivo de personas, sube el transporte de carga de materiales, suben todos los productos familiares, todo lo que compone la canasta familiar. Se produce un encarecimiento del costo de la vida.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han recomendado al gobierno la congelación de los sueldos y salarios, además, una nueva devaluación monetaria también es inevitable.

Hasta este momento se está impidiendo la devaluación sólo por el precio excepcional que ha alcanzado el estaño en el mercado mundial, pero ya ven ustedes que en una semana ha descendido de 7,50 dólares a menos de 7 dólares. Hay una nueva tendencia al descenso.

Entonces imagínense ustedes la situación, con congelamiento de sueldos y salarios, con aumento del precio de los carburantes, con una nueva devaluación monetaria, vendrá aún, espontáneamente, la protesta popular y vendrá también, en consecuencia, la represión, para imponer al pueblo medidas que hagan posible preservar el margen de rentabilidad y de utilidad de las empresas que controlan el poder, de la burguesía exportadora.

Por eso decía hace un momento, es muy importante acelerar la reorganización del movimiento obrero, es necesario entender que nuestra lucha, a partir de las bases, debe orientarse no solamente en demanda de elecciones, sino en defensa de la economía popular, de la soberanía nacional, de los recursos naturales, es una defensa integral y que no puede ser solamente realizada a base de discursos o de la elaboración de documentos. Tiene que comenzar a traducirse en la presencia activa y democrática de las masas en las calles.

El pueblo tiene que resolver, demostrar a este régimen de gobierno, que no está dispuesto a tolerar la subasta de sus recursos no renovables, ni el sometimiento de las masas a una condición de hambre. Es la decisión de las masas, finalmente, la que va impedir la consumación de este proyecto económico.

* Dirigente del Partido Socialista 1, Seminario obrero de promoción sindical. La Paz, Radio Continental, noviembre de 1978.

Nota publicada en bolpress.com


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