En un 31 de octubre...

Julio Heredia, autor de estas líneas

Hoy es 31 de octubre y yo debería tener dos grandes razones para celebrar y derrochar alegría: es el Día de la Canción Criolla y es la fecha de aniversario de matrimonio de mis padres. Pero estoy más bien reflexivo y circunspecto: se ha enterrado a la señora Otilia Campos, madre de Víctor Polay Campos, del MRTA, líder extremo con quién nunca compartí posiciones políticas en absoluto, pero hace algunos pocos años me envió su libro dedicado y yo intenté -sin lograrlo- entrevistarlo, y también a través de mi programa radial opiné que debía mejorarse sus condiciones carcelarias y atenderse algunos de sus clamores.

Hoy, las autoridades le han permitido despedirse del féretro de su madre y me parece muy bien, pues los encargados de hacer cumplir las penas no deberían estar exentos de humanidad. Pero también hoy ha muerto Jorge Camet (a quien no conocí) quién hubiera sido ministro de Economía de Fujimori en una época en que estuve fuera del país y muy alejado de los avatares políticos del Perú. Recién ayer había acabado un interminable juicio a que se le sometió declarándosele finalmente inocente. Pero sé por algunas personas y colegas muy allegados al caso y a él, que se le martirizó psicológica y moralmente sin piedad y sin tregua hasta este instante postrero. Es injustificable que la pasión negra se disfrace de moral y de justicia. Me duele esa dimensión de lo ¿peruano?

Creo que el Perú sólo será civilizado cuando la razón y la identificación con el prójimo primen sobre los apetitos y las pasiones de los actores políticos.