Callao: entre Sarita Colonia y la Virgen del Carmen (1)

Sariiiiiiita Colonia, patrooooona del pobre
no quieeeeero más penas
no quieeeeero más llantoooos
(Cumbia del grupo Maravilla)

La Sarita es una santa underground. Su culto es una creación del pueblo como expresión de una identidad cultural en formación y por tanto expansiva como el universo: un culto chicha, urbano y popular. Su fe está enraizada en lo más profundo del alma humana. Aquí ya no importa si es religión o creencia o superstición.    

Tampoco importa si tiene etiqueta de cristiana o católica ni siquiera que haya nacido en Huaraz y no en el Callao. Lo importante y decisivo es Sarita Colonia. Esta mujer vale por sí misma. No necesita autorización oficial del Vaticano. Su legitimidad proviene del alma popular. Aquí está valiendo eso de “La voz del pueblo es la voz de dios”. 

Como estará mis hermanitos
varios años que perdí
quedando sola mi viejita
mi padre del cielo se llevó.

El caso de la Virgen del Carmen de la Legua es diferente.  Fue la primera imagen traída por la conquista española al Perú.  Se albergó en el Callao más o menos en 1606,  para instalarse en su capilla del hoy distrito de la Legua. Aquí le agregaron la imagen del niño Jesús. Fue la primera imagen canónica y pontificia oficializada el 7 de octubre de 1951. Su festividad ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nació. Es decir, el culto tiene todos los pergaminos del Vaticano y del Estado peruano.

Esta imagen es una de las tantas advocaciones de la Virgen María, la madre de Jesús, según la Biblia católica. Su nombre Carmen viene del monte Carmelo, situado en Galilea, Israel. Es patrona del Callao. La llaman la “Excelsa Coronada Canónica y Pontificia Santísima Virgen del Carmen de La Legua, Patrona de la Provincia Constitucional del Callao”. Sus andas están pobladas de oro y plata. Descansa en  un  santuario Es una tradición religiosa con más de 400 años de antigüedad, es parte de la identidad cultural chalaca y moviliza a miles de fieles especialmente durante julio y octubre. Los chalacos solo conocen su imagen.

“Siempre rezando a Sarita
que me libre de todo el mal
miro y beso mi estampita
que ella me da su bendición”.

El historiador Raúl Porras Barrenechea,  dijo que el peruano era probablemente el hombre más religioso del mundo. Viene desde sus orígenes en los Andes (12.000 a. C.), con la formación política y cultural de las sociedades andinas prehispánicas. Aparte del dios Wiracocha estaba el dios Inti (el sol)  y la diosa Mamaquilla (la luna).

En el periodo de la caída del Imperio Inca a partir de 1532, y la consolidación del poder por los españoles, la religión autóctona sufre un impacto cultural con la imposición  del catolicismo por la conquista española. Los peruanos asimilaron el catolicismo pero mantuvieron su espíritu mágico religioso ancestral. En parte se puede decir que -de manera inconsciente- el hombre andino aún busca a su propia divinidad cosmogónica.

Por eso se explica el culto al dios cristiano y al mismo tiempo a los dioses andinos. Este sincretismo  aparente se aprecia en el ritual de los difuntos. Por un lado se celebra el funeral con el protocolo de la iglesia católica pero al mismo tiempo se practica las costumbres de la identidad cultural del mundo andino, como la costumbre de festejar al difunto con comidas,  bebidas, música y bailes en los cementerios.

Desde el punto de vista del origen de los cultos, la fusión y asimilación  no se ha consolidado aún en el Perú. El caso de Sarita Colonia  y la Virgen del Carmen de la Legua es un ejemplo de cómo estos cultos de origen distinto se mantienen  en la cultura filosófico- religiosa de los cristianos en el Perú. El Callao no es una excepción, porque vivió la transformación religiosa desde los primeros años de la Conquista y está poblado por provincianos.

“Sarita Colonia
patrona del pobre
no quiero más penas
no quiero más llantos”

El culto a Sarita Colonia es parte del fenómeno de sincretismo religioso. Proceso  espontáneo de intercambios culturales entre las diversas visiones sobre el origen de la realidad y el destino del hombre. Es un proceso en el que se intenta superar una situación de crisis cultural producida por la colisión de dos o más tradiciones religiosas diferentes: la cultura andina, concebida por nuestros ancestros  y la cultura occidental traída por los españoles de la Conquista.

Es un intento por conseguir que dos o más tradiciones culturales diferentes sean capaces de crear un ámbito de convivencia  armónica. Su característica principal es que se realiza a través de la mezcla de los productos culturales no coincidentes. En el caso del culto a Sarita Colonia y a la Virgen del Carmen de la Legua, se observa que el “espíritu del producto” puede ser similar pero el ritual del culto  tiene  expresiones diferentes. Continuaremos.