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Jueves 14 de noviembre 2013

Callao: entre Sarita Colonia y la Virgen del Carmen (2)

Por: César Fernando Sánchez Olivencia (*)
Callao: entre Sarita Colonia y la Virgen del Carmen (2)
Foto: Difusión

¿Existe coherencia y consistencia entre ambos cultos religiosos? ¿Está consolidada la religiosidad del creyente del Callao? Para eso, el proceso de sincretización religiosa debe desarrollarse a través de una simbiosis en la que los dos cultos se mantengan más o menos en equilibrio homeostático. El problema es que somos una nación inconclusa y pluricultural, que aún lucha contradictoriamente por tener un nuevo rostro. Este conflicto produce un desgaste de identidad.

No se trata de un encuentro protocolar de las tradiciones implicadas. ¿Causas? Una variable decisiva ha sido la “invasión” del mundo andino al Callao, en un tiempo histórico en que la formación cultural del chalaco estaba en su fase entrópica de desgaste de su identidad ancestral. El fenómeno de la cultura chicha ha aparecido como una variable extraña como una válvula de escape. ¿Quién dice que la “Salsa” debe ser la música del chalaco?  

El peso de la visión mágico-religiosa de piuranos, ancashinos, lambayecanos, ayacuchanos, inclusive de limeños con ascendencia provinciana, entre otros -que vinieron en oleadas sucesivas desde 1940- inclina la balanza en favor de los inmigrantes. Una explosión de religiones, creencias y supersticiones, que se confunden en una población casi 900 mil habitantes del Callao.

A esto se añade las desigualdades socioeconómicas así como la existencia del mundo formal y de aquellos que están al margen de la ley y de la moralidad. Este factor explica por qué Sarita Colonia tiene miles de seguidores entre maleantes, vagabundos y prostitutas. En general, sus más fervientes cultores están entre la población en situación de pobreza.

Las migraciones internas han producido la desarticulación territorial en el Callao. Este desborde popular motivo la crisis del Estado como lo describe José Matos Mar en su famoso libro. La pregunta adicional que debe figurar en la agenda es: ¿Cuál es el perfil del nuevo chalaco en el siglo XXI? Hace unos 50 años era más fácil redactar un retrato del poblador del Callao. ¿Hoy en día, podríamos intentar una descripción del “chalaco-limeño”, “chalaco-serrano”, o “chalaco-chalaco”?

El Perú se volvió un país católico, después de la evangelización impuesta por los españoles de la Conquista. Los peruanos juntaron su religión andina con la religión católica. El resultado fue una variedad de “santos patrones” locales, cultos adoptados y adaptados al Perú. Una variada confusión de culturas que aún no termina de definirse. En este complejo ecosistema religioso- cultural ha nacido el culto a Sarita Colonia.

La evangelización de los españoles en América tuvo como fin convertir a los indígenas en católicos. Para acabar con la religión y las creencias de la cultura andina, los españoles destruyeron todos los templos y construcciones en honor a sus dioses y crearon nuevos monumentos sobre sus cimientos. Impusieron el culto al monoteísmo de un solo dios y a los diversos santos de la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Sin embargo, el culto a los dioses andinos continuaba, a pesar de la violencia y los artificios implantados por los religiosos de la Conquista.

La simbiosis puede dar lugar al nacimiento de una nueva identidad cultural única incluso manteniendo dos cultos distintos. Esto no ha sucedido aún en la religión de los chalacos. Para entender su profundidad debemos distinguir previamente entre la experiencia religiosa y la experiencia cultural. Sarita es parte de la identidad cultural: se identifica culturalmente. La Virgen es parte de la identidad religiosa: solo se identifica religiosamente.

El culto a la Virgen del Carmen de la Legua (culto patrocinado por el Vaticano) o el seguimiento un icono popular como Sarita Colonia (promovido por el pueblo), valen por la forma del ritual que representa el espíritu de la religiosidad. Los rasgos exteriores del culto muestran que Sarita es un ser humano que ha convivido hace poco tiempo con la población del Callao. Se parece en parte a la madre Calcula.

La “santa del pueblo” ha caminado durante varios años por las calles del Callao, la gente la ha visto entrar y salir del mercado central. Su rostro serrano es parte de la iconografía de la población del primer puerto. Su presencia nunca ha sido exótica o extranjera. En el ambiente aún se percibe el olor de sus vestidos sencillos; al fin y al cabo, de huaracina un poco acriollada.

Es así que a través del proceso de desajuste, ajuste y reajuste social de la acomodación, no se produce ningún cambio en ninguna de las culturas. La religión andina es tan fuerte como la religión occidental: cada una con su “idea-fuerza”, tanto en la forma como en el fondo. Por eso, La convivencia de dos tradiciones diferentes es parte de un proceso dialéctico que llevará a consolidar la identidad cultural del chalaco después de depurar los valores de su cultura original.

La asimilación cultural y religiosa afecta a las culturas en conflicto que se fusionan después de superar sus contradicciones. El mismo poblador puede rendir culto a Sarita y a la Virgen de manera consciente pero profundiza sus diferencias de manera inconsciente. Proceso que transcurre en un tiempo extenso, recibiendo y entregando los valores que alimentan y realimentan el proceso.

En otros países se ha producido fenómenos religiosos similares al de Sarita Colonia. Se trata de Gladys Arias, una joven nacida en Tucumán, Argentina, asesinada en 1986, que se convirtió una de las "almitas milagrosas". Llevó una vida virtuosa aunque diferente a la de los santos canonizados. Sin embargo, en su pueblo natal donde tiene una capilla, aunque la iglesia no acepta abiertamente este tipo de expresiones de fe, tampoco las rechaza del todo. Gladys recibe, inclusive pedidos de amores prohibidos.

(*) Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español-REMES

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