La piedra en el zapato de Maduro

El Gobierno no pierde tiempo y seguramente a Capriles le espera alguna medida judicial.

Las más importantes encuestadoras no saben cuáles podrían ser los efectos electorales de las acciones políticas llevadas por Maduro contra los comercios a quienes les ha colocado el "rostro" como uno de los principales responsables de la llamada "guerra económica".

La inmensa campaña que lleva el Gobierno para atribuirles la responsabilidad de la inflación, con 50 presos y anaqueles vacíos, debe tener un efecto inmediato para cohesionar a las bases chavistas, e incluso a la clase media indecisa o ni- ni, que se volcó a comprar electrodomésticos. Lo que no se sabe es si eso se traducirá en votos para que Maduro recupere los 10 puntos (Datanálisis) de aceptación que perdió en tres meses o que la percepción sobre la situación del país, considerada "mala" por 7 de cada 10 venezolanos (IVAD) pueda ser revertida.

Hasta el momento nadie ha hecho esa medición y la esperanza de mejoría, basada en las ofertas lanzadas por Maduro acerca del paraíso que nos espera, luego que el Gobierno controle todas las importaciones y precios, podría cambiar de un día para otro.

Pero entre las acciones populistas y los votos del 8D hay una piedra en el camino que se le conoce como "El Flaco" Henrique Capriles.

El dirigente opositor se ha convertido en un dolor de cabeza para Maduro. No porque sea un líder surgido de las luchas populares a lo Lech Walesa, sino porque ha hecho el trabajo de ir casa por casa a decirle a la gente que se puede vivir mejor acompañado de un equipo de dirigentes.

Capriles encarna al rival que casi le quita la Presidencia, ganada precariamente, gracias al apoyo de todo el poder del Estado. Por eso ha sido estigmatizado desde las filas del Gobierno como "representantes del mal". De allí que, a los efectos del gran poder gubernamental, sea la cara visible del enemigo a quien hay que eliminar.

Ya Diosdado Cabello le advirtió que le tienen una celda lista, no lo dejan despegar desde los aeropuertos, la GNB le tranca las vías nacionales, a los dirigentes bien posesionados que lo acompañan los inhabilitan, lo expulsaron de los programas de TV y cuando logra alguna entrevista, a la misma hora le imponen una cadena.

El Gobierno no pierde tiempo y seguramente a Capriles le espera alguna medida judicial que lo ponga fuera del país.

Veo un país dividido en dos y eso se reflejará en el resultado electoral. Las acciones de Maduro no resolverán el problema y aún con el control total en sus manos, la inflación y la escasez seguirán en ascenso. Tarde o temprano el PSUV tendrá que rectificar y abrir espacios para que la economía pueda respirar. De no hacerlo, la cúpula privilegiada que Gobierna se hundirá con el barco.

Nota publicada en eluniversal.com