Un niño de 11 años de edad, está encadenado como un perro por su propia familia en un ejemplo impactante de cómo los trastornos mentales se tratan en la China rural.
Él Zili se ha imaginado caminando por las estrechas callejuelas de la aldea encadenados a su padre, quien no quiso dar su nombre, en la provincia costera oriental de Zhejiang.
El niño también fue visto encadenado a un pilar en su casa.
Zili se lesionó la cabeza cuando él tenía un año de edad y comenzó a sufrir de trastornos mentales.
Según su familia, no tenían más remedio que frenar con cadenas como él tenía una tendencia a atacar a los que le rodean.
Las estadísticas publicadas este año por el Centro Nacional para la Salud Mental de China mostraron que a partir del año de 2009, 100 millones de chinos sufrían de problemas de salud mental con más de 160 millones de ciudadanos que sufren de enfermedades mentales graves como la esquizofrenia y la psicosis paranoica.
Estas cifras indican que uno de cada 13 chinos en 2009 tenían un problema de salud mental.
De vuelta en la década de 1950, la proporción reportada de adultos chinos que sufrían de enfermedades mentales era sólo del 2,7 por ciento, o uno de cada 37 ciudadanos chinos.
A nivel mundial, hay cuatro psiquiatras y trece enfermeras por cada 100.000 personas. En China, la proporción se reduce a 1,5 psiquiatras y 2,2 enfermeras por cada 100.000.