Pecado de lesa cultura

Las personas y las instituciones suelen cometer, muchas veces,  por pura irresponsabilidad, acciones en  contra de la cultura de los pueblos. En algunos casos es por desidia, indolencia, ignorancia o simplemente torpeza. Así vemos como manos irresponsables destruyen los monumentos arqueológicos o malogran los edificios históricos; roban objetos de valor artístico como fue, por ejemplo, el despojo que sufrió nuestra venerable Iglesia del Carmen cuando gente de mal vivir y de peor actuar ingresó al templo para expoliar tallas coloniales del púlpito y de los retablos virreinales que son joyas de inestimable valor.  También abundan los comerciantes inescrupulosos que trafican con antigüedades  y documentos que son parte irreemplazable del patrimonio cultural.  Frente a estos hechos que son delictuosos existe una legislación punitiva que sanciona a los autores de tan condenables latrocinios. Corresponde a los ciudadanos hacer las denuncias respectivas ante el Ministerio Público apenas se conozcan estos ilícitos dañosos.

Pero hay también actitudes negativas de algunas autoridades o de funcionarios públicos con poca responsabilidad que no son delitos, pero si podemos llamarlos pecados de lesa cultura, impropios en ciudades civilizadas, porque imponen o crean  situaciones abusivas, basadas en la detentación del poder, que causan un grave agravio a la población. Queremos comentar un hecho deplorable que acaba de presentarse en Piura el fin de semana que pasó con la presentación del selecto espectáculo artístico “Orgullo”. Se trataba de presentar ante el público piurano, con ingreso gratuito, al excelente Grupo   Nacional de Folclore, del Ministerio de Cultura,  como parte de la gira que este virtuoso conjunto de música y danza, del más elevado nivel, estaba cumpliendo en las principales ciudades del norte. La Dirección Regional Descentralizada del M.C. de Piura se puso a buscar un lugar apropiado, con buen espacio para montar la tramoya y lograr el buen  lucimiento de los artistas, así como para que lo apreciara la mayor cantidad de personas que fuera  posible convocar. Aunque parezca increíble se  negó el uso del espacio delante del frontis de la Catedral (no  el atrio catedralicio, sino la vía pública: avenida Grau y calle Tacna) bajo la excusa de que el señor Arzobispo Metropolitano de Piura no otorgó su autorización pastoral por tratarse de un lugar cercano a la Casa de Dios. Al margen de las razones que tendría el Metropolitano lo extraño es que se desconoce cuál es el fundamento legal o municipal para que una autoridad religiosa tenga injerencia en la concesión de los espacios públicos. Lo que se conoce es que la Municipalidad Provincial es la única administradora de estos espacios públicos urbanos.

  Fracasada esa gestión  la Dirección de Cultura recurrió, entonces,  a solicitar la sala del teatro Municipal, que generalmente está sin programación importante, para que este ballet folclórico peruano de tan altos valores pueda ser admirado por las mil personas que caben en su recinto. Resulta pues que la Gerencia Municipal de Cultura de la corporación edil también  negó al solicitante este teatro que es del pueblo y para el pueblo. Al final el Grupo Nacional de Folclore con más de treinta danzarines y un magnífico conjunto musical de acompañamiento tuvo que presentarse en la pequeña Plazuela de Ignacio Merino. Una noche de arte y cultura como pocas veces tenemos la oportunidad de admirar, pero que lamentablemente se vio afectada por lo reducido del espacio que no permitió una concurrencia más numerosa ni un mejor lucimiento de la estupenda revista de música y danzas del Perú. Entre otras dos “ Casas del Señor” se hizo así la presentación en la recoleta plaza de Merino de  este buen espectáculo que deleitó al público que al final premió la magnífica actuación de los  visitantes y disculpó en cierta forma, con su calor humano, a los que  negaron un mejor sitio a este espectáculo de gran contenido peruanista  aplaudiendo con efusivo calor piurano a estos embajadores de la cultura nacional.

Nota publicada en eltiempo.pe