Gobernabilidad implica tener tacto para opinar sobre temas muy delicados como la libertad de prensa , se puede entender las buenas intenciones de Ollanta , pero debería ser más cauto en sus apreciaciones o simplemente quedarse con su especialidad , mantenerse callado, así evitaría el bochornoso espectáculo de retractarse , esconderse o que otros lo defiendan.
En el Perú la libertad de prensa es un tema muy controversial, debemos reconocerlo, nuestros medios de comunicación no siempre son imparciales, un ejemplo dejando la antipatía de muchos se refleja con los temas relacionados al fujimorismo, hasta hoy muchos periodistas tienen muy flexible el dedo acusador hacia este partido, aprovechando cualquier detalle para el escándalo, esta actitud trato con mano suave a los demás gobierno como el de Alejandro Toledo o el de García, pero fue implacable con el fujimorismo como muchos otros medios lo hicieron.
El precio de esta falta de imparcialidad ha sido el desconocimiento de las nuevas generaciones hacia hechos que dañaron a nuestra patria y como se solucionaron pero con la verdad sin mediar discrepancias ideológicas, esta total indiferencia hacia los aspectos positivos del gobierno de Alberto Fujimori dañaron nuestro camino hacia la reconciliación.
Debemos aceptar una realidad con la cual hemos vivido, seguimos y seguiremos viviendo, la libertad de prensa concretamente es una utopía, nuestros medios de comunicación también son empresas, por ende están sujetas a una serie de intereses ya sea para sobrevivir o progresar, lo entendemos hasta podemos justificarlo, pero si nos vamos a los extremos de obviarlo y decir que todo está bien, sin criticarlo, ni controlarlo entonces seremos cómplices de una libertad de prensa manipulada.
Tratando de rescatar las buenas intenciones de Ollanta (aunque es lo único que tiene este gobierno), en torno hacia el monopolio del grupo El Comercio absorbiendo a Epensa, es preocupante el liderazgo único de un grupo hacia nuestros medios de comunicación, los cuales deberían ser totalmente independientes.
El grupo el Comercio podrá alegar tener la predisposición a una organización con jefaturas independientes con autonomía de criterios, pero la verdad es otra, todos dependen de un solo dueño , de un solo grupo en un país tan individualista como el nuestro, donde nos falta mucho por aprender a trabajar solidariamente, será imposible en base a un monopolio periodístico lograr una prensa libre , se generara así mas desconfianza de la población hacia el buen funcionamiento de nuestro sistema democrático.
Ollanta ha tomado un punto pero no ha sabido defenderlo, por el contrario ha propiciado suspicacias con los medios de comunicación.
La libertad de prensa debe ser defendida, pero siempre y cuando, esta también cumpla con los deberes intrínsecos de su función, objetividad, profesionalismo e imparcialidad.
La libertad de prensa debe ser protegida bajo la perspectiva de liderazgos independientes, que compitan entre sí, pero respetándose.
Una libertad de prensa no puede ser mal utilizada pensando más en el aspecto monetario sin mediar ética y discernimiento, es una responsabilidad asumida por todo el conglomerado periodístico sin caer en imposiciones o presiones, como toda profesión la vocación periodística debe ser la principal fuerza para defender la libertad de expresión, solo así se lograra una prensa con credibilidad.
No es posible caer en una prensa dictatorial y negociable, es así como se ven los monopolios periodísticos, si bien el estado no puede atentar contra la libertad de expresión interviniendo los medios de comunicación en su funcionalidad como empresa, si debe estar atento contra maniobras que obstaculicen o tergiversen la verdad.
Nuestro sistema democrático se basa en 3 poderes fundamentales legislativo, ejecutivo y judicial, todos ellos deben garantizarnos una prensa libre, veraz e independiente.