Alentando el Feminicidio

Entes oficiales como el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, así como los medios de comunicación, dan cuenta de las cifras que se registran sobre casos de feminicidio en el Perú, es decir de mujeres victimadas por sus parejas, exparejas o incluso desconocidos.

En el año 2012 se registraron 83 casos y en el 2013 el registro subió a cien casos; todo lo cual nos lleva a la primera conclusión de que los casos de feminicidio van aumentando, no obstante que existen entidades del Estado que tienen por función promover los derechos de las mujeres, prevenir casos de abuso extremo y adoptar las medidas correctivas y de protección frente a las denuncias de maltrato por parte de las mujeres.

Se ha mencionado que el feminicidio como figura penal ha sido incorporada en el artículo 108-B del Código Penal, sancionando con pena privativa de la libertad a quien mata a una mujer por su condición de tal. No obstante que la figura se ha penalizado, no se ha logrado disuadir a los homicidas; y ello se debe a que el feminicidio no es un problema legal, sino que como todos los problemas sociales, tiene múltiples componentes, en este caso la cultura que alienta el machismo extremo, el desorden mental de muchos varones, la baja autoestima de las mujeres, los escasos e ineficaces mecanismos de protección con que cuentan las mujeres para evitar una muerte anunciada, entre otros.

Pero un aspecto poco difundido y que involucra a los medios de comunicación en relación a este tipo de crimen, se vincula a la difusión de programas sexistas donde se promociona un prototipo de mujeres, en los cuales se resalta sus cualidades físicas, más que sus valores y el respeto a su propia persona; y de esa forma se alienta subrepticiamente en los varones la posesión de las mujeres como objetos sexuales; y ello conlleva a su vez a que aunado a los problemas que presenta el varón en cuanto a su personalidad, dispute a una mujer cueste lo que cueste.

En ese sentido, los diarios chichas, los comentarios en doble sentido, los programas que presentan mujeres “exuberantes”, entre otros, introducen la distorsión del valor de ser mujer; sin embargo posteriormente los hechos nos reflejan una cruda realidad, toda vez que incluso las mujeres que pasan el test de admisibilidad de algunos varones, son posteriormente asesinadas por sus parejas o ex parejas. A las mujeres en este contexto, se les niega el derecho entre otras cosas, de rehacer su vida con otra pareja o apartarse simplemente de su pareja actual, debido a los maltratos inferidos u otros problemas que se vinculan con el aspecto machista del varón; y por el contrario se le conmina a que siga con su pareja actual, aunque esta, literalmente la vaya menoscabando en su integridad personal hasta llegar a asesinarla; situación distinta a la del varón al que sí se le permite ejercer su derecho a la libertad en sentido amplio.

Los medios de comunicación, sobre todo televisivos, manejan el tema del raiting y debido a ello, promocionan diversos programas donde se ventilan la vida privada de las mujeres, sus atributos físicos, las relaciones con sus parejas; siendo que estos programas son visualizados en muchos casos por menores de edad, los cuales se hallan en plena formación física y mental, pero que debido a estos programas incorporan formas y comportamientos equivocados que no corresponden a la realidad de las personas; y por ello ahora desde una corta edad se producen casos de feminicidio como el difundido en el año 2013, respecto del crimen de una adolescente, quien fue degollada por su enamorado a quien había decidido dejarlo.

Por ello, promoviendo modelos o estereotipos distorsionados de la mujer, se  contribuye directamente al feminicidio, pues el homicidio de una mujer por su condición de ser mujer, tiene diversos componentes como los antes señalados; y cuando una mujer no cumple con los estándares exigidos por la sociedad y, sobre todo, por su pareja, esta termina siendo asesinada.

Ante ello, no deberíamos conformarnos con penalizar la figura, sino que tanto los varones como las mujeres; la sociedad en su conjunto e incluidos los medios de comunicación; deberíamos promover el respeto de las personas, como piedra fundamental para  eliminar las grandes discriminaciones y vulneraciones de los derechos de las personas y de esa forma  recuperar el verdadero valor de la vida humana.

Nota publicada en eltiempo.pe