Las archimillonarias monarquías del Golfo Pérsico, lideradas por Arabia Saudita, se encuentran planificando la creación de un súper ejército árabe, que asegure el poder a la realeza y aplaste todo vestigio o resurgimiento de la Primavera Árabe.
De acuerdo al periódico digital “Raialayoum” dicha fuerza será compuesta por cien mil hombres de intervención rápida que sofoque revoluciones, rebeliones o protestas. Una fuerza similar se creó para revertir la sublevación en Bahréin y que se denominó “Escudo de la Península”.
La Primavera Árabe fue o es un signo de liberación ante la ausencia de los derechos civiles en los países árabes, en especial la libertad, debido a los despóticos gobiernos que tienen oprimida a la población. Pero, en los países que los radicales obtuvieron el poder, impusieron estados religiosos, leyes retrógradas y opresión a la mujer. Argelia tuvo su primavera en 1989 y luego de una cruenta guerra civil, el país goza de estabilidad desde hace 14 años con grandes perspectivas económicas, sociales y políticas.
La Primavera Árabe se inicia prácticamente a fines del 2010 con las protestas saharauis de Gdeim Izik, en donde más de 20 mil personas salieron a reclamar -en las afueras de El Aaiún- mejoras sociales y la independencia, siendo reprimidos violentamente por el gobierno marroquí, que asimismo realizó reformas a la Constitución para evitar una insurrección mayor.
El mejor resultado lo obtiene Túnez, que está en camino de una transición democrática, con una nueva Constitución y Consejo Electoral. Aunque todavía hay focos terroristas de Ansar al Sharia, que responde a Al Qaeda y que están siendo combatidos y el descontento popular ante la falta de reformas económicas.
En Egipto, luego de abrazar brevemente un aire democrático, el gobierno de los Hermanos Musulmanes entró en un radicalismo islámico que fue derrocado por el Ejército. Por su parte, la situación de Libia es de pronóstico reservado. Las milicias anti Khadafi –en el gobierno- se sostienen solo con el apoyo de la OTAN y mantienen graves enfrentamientos con los islamistas y las tribus, además de la ola de violencia delincuencial.
En Siria el statu quo se mantendrá. Luego del escándalo del uso de armas químicas por parte de Al Assad y la cuasi intervención norteamericana, todo se paralizó por el fuerte respaldo de su aliado ruso y la entrega de dichas armas a la ONU. No se ve cambios en el futuro inmediato. Continuará...