El café, los viajes y un amigo

José Cevasco, autor de estas líneas

Un amigo me preguntó qué tan productivos son los viajes de los congresistas al extranjero. Mi respuesta fue que los viajes son buenos en la medida que al retorno los parlamentarios puedan volcar sus experiencias en el Congreso para mejorarlo, no solo en cuanto a su funcionamiento, sino en aspectos que podrían plasmarse en iniciativas legislativas que hagan que el Perú y los peruanos estemos mejor.

Ante esa respuesta mi amigo insistió y me replicó que ahora es posible que los congresistas puedan realizar videoconferencias con sus iguales en otros países y de esa manera evitar el gasto de pasajes, viáticos y, sobre todo, tiempo. Es verdad, le dije, que las videoconferencias son una gran herramienta ahora, pero para los fines institucionales es mucho mejor estar físicamente en el otro país, porque la experiencia que se obtiene no solo está en la visita al otro Parlamento sino también en las cosas nuevas que el legislador va viendo a lo largo del viaje, en materia de pistas, puentes, sistema de transporte público, etcétera y de esa forma toda esa “nueva visión” que va teniendo el legislador le puede servir también en la reuniones que tiene en nuestro país con autoridades de gobierno ligados a los aspectos de transporte, por ejemplo, y de esa forma dar nuevas ideas para mejorar la calidad de vida aquí en el Perú.

Mi amigo se quedó callado por algunos segundos, y vino a la carga nuevamente y me dijo: “es probable que sea verdad lo que me dices; pero yo, como un ciudadano común y corriente, ¿cómo sé que lo que me dices sucede realmente? ¿Cómo sé que lo que hizo el parlamentario en el extranjero fueron reuniones de trabajo y no se la pasó de juerga?” Bueno, le dije, tú tienes todo el derecho de dudar pero tienes que tener en cuenta que el Congreso tiene mecanismos… y en ese instante queridos amigos, me tocó quedarme callado, porque recordé que, los mecanismos de comunicación del Congreso, en materia de viajes no está funcionando, porque cuando trato de ver las resoluciones de autorización de viaje de los congresistas, tengo que bucear cual hombre rana en su Portal Institucional, y encuentro únicamente la relación de viajes internacionales hasta el 2010, sin los informes ni la rendición de cuentas respectivos. En ese instante, mi amigo me preguntó: “¿por qué te has quedado callado?” y le respondí “tu derecho a dudar está fundamentado, porque gran parte de tus dudas, así como de la prensa y la ciudadanía se fundamenta en la mala política de comunicación del Congreso.

A reglón seguido, mi amigo me dijo: “¿ya ves, Pepe? ¡Cómo no pensar mal, si por más que trates de defender al Congreso, el propio Congreso no se deja defender! Y yo le dije: “tienes razón, el Congreso debería pensar que la información en estos tiempos no debe ser un tabú, que los tiempos en un mundo con Internet son totalmente diferentes y que la posibilidad de dudas de los ciudadanos es mayor cuando la información pública no se comparte".

En ese instante, no me quedó otra cosa que pedir y pagar la cuenta de los expresos, los cuales estuvieron más amargos que siempre.

* Publicado en el diario Expreso este 30 de enero de 2014