Su opinión importa

Grover Pango, autor de estas líneas

Estos días, particularmente en torno al fallo de La Haya, han servido también para reparar en un asunto que, modestamente creo, merece una reflexión adicional.

Corresponde a las autoridades en funciones dar cuenta de las decisiones oficiales cuando se trata de asuntos de Estado y así debe ser. A los ciudadanos nos toca tomar nota de ellas y distinguirlas de cualquiera otra. Pero lo que no se puede ni se debe es pretender que otros ciudadanos renuncien a su derecho a opinar, especialmente si están concernidos por el tema de actualidad.

Terminada la lectura del Juez Peter Tomka el pasado 27 de enero, algunos periodistas fueron veloces a buscar reacciones que tienen importancia, primera entre ellas las del exPresidente Alan García, en cuyo gobierno se planteó la demanda internacional.

Este hecho provocó las iras y soponcios de quienes quisieran que Alan García no hablara jamás. Al extremo de acusarlo de casi usurpar una función. Y es curioso que sean periodistas los que se quejen de que otros periodistas entrevisten al doctor García.

Hoy que todo sucede muy rápido y las trasmisiones se realizan en tiempo real, se busca reacciones de personas incluso a veces desconocidas y cómo no de personas que tienen algo qué decir. ¿Debe el doctor García pedirle permiso a alguien para decir lo que piensa?

Si un periodista propala y opina, ambas son tareas propias de su función social. Con igual o mayor razón un líder político debe dar sus conceptos porque así orienta y fija posiciones para sus seguidores y también para sus adversarios. Por eso su opinión importa y los vetos sobran.