Venezuela y el Perú

La crisis en Venezuela es la continuación del mismo fenómeno global que comenzó en 1989 con la caída del Muro de Berlín, es un episodio más del fracaso del modelo económico estatista reencarnado en el llamado “Socialismo del Siglo XXI”, es el final anunciado e inexorable de una historia que los peruanos conocemos muy bien porque la sufrimos en carne propia.

La izquierda retrógrada afirma que la protesta popular venezolana es parte de un supuesto “complot imperialista” cuando en realidad estamos viendo a un pueblo que se rebela contra los “frutos” nefastos del estatismo: miseria, escasez, falta de oportunidades, injusticia, corrupción, mordaza, represión, más una inseguridad extrema que se refleja en la macabra estadística de 67 asesinatos por día en el 2013.

El estatismo chavista ha liquidado además la institucionalidad democrática venezolana sometiendo a los poderes autónomos para perennizarse en el poder. Ha secuestrado el Poder Judicial, el Poder Electoral, el Poder Legislativo, también a las fuerzas armadas y la policía; ha convertido el aparato estatal en instrumento de represión.

Con la ayuda de agentes cubanos, Hugo Chávez y Nicolás Maduro han montado redes de soplones del régimen bajo la pantalla de “comités de defensa de la revolución bolivariana”. Y mientras el pueblo sufre represión, mordaza y pobreza, los jerarcas que gobiernan viven como reyes.

Los últimos bastiones de la libertad en Venezuela son los medios de prensa independientes y la Internet, los cuales están son sometidos a un acoso constante del régimen, que les restringe el papel periódico, les confisca las licencias de radio y TV, y también bloquea el acceso a las redes sociales de la red.

Unos 100,000 cubanos que viven hoy en Venezuela controlan el aparato represivo que sostiene al régimen. Los Castro saben que se juegan su destino en Venezuela, que si Maduro cae, ellos perderán el petróleo venezolano, que es el último oxigeno que los mantiene con vida.

El diario El Nacional ha revelado que los cubanos también manejan los sistemas de emisión de cédulas de identidad y pasaportes, los registros públicos, las notarías, el control del flujo de comercio exterior, los puertos y los aeropuertos.

El pueblo venezolano se ha rebelado porque está harto de las políticas estatistas que solo traen desabastecimiento, pobreza, desempleo, mordaza y represión; hastiado de la inseguridad extrema y del grosero intervencionismo cubano.

Pero los peruanos debemos recordar que el modelo chavista es el mismo que nos hundió en los 70’ y 80’, cuando el dinero del país era dilapidado en una enorme burocracia y 200 empresas públicas mientras que el pueblo sufría escasez de alimentos, combustibles y medicinas, hiperinflación, desempleo, apagones, falta de agua, terrorismo; es el mismo modelo que nos hizo pobres al 65% de los peruanos, el que llevó a los pobres extremos a alimentarse con comida para aves. Jamás lo olvidemos.