El quinto presidente del Consejo de Ministros

Nominalmente, René Cornejo Díaz sería el quinto presidente del Consejo de Ministros. Sin embargo, esto no es así; pues el señor César Villanueva no tuvo relevancia alguna. Fue una etapa que vivimos sin la existencia real de ese importante cargo en la estructura del Poder Ejecutivo. Una juramentación solitaria, una presentación en el Congreso con ministros prestados y sin capacidad de generar su grupo de trabajo de confianza. Esta es la realidad.

La primera oportunidad de fuste que se le presentó al señor Villanueva de renunciar, fue cuando estalló el escándalo de López Meneses. Esto es, antes de su presentación en el Congreso. No lo hizo, su perorata fue que estaba evaluando ministros. No pues. En esa oportunidad sacó al ministro Pedraza para reemplazarlo por Walter Albán y nada más. Nadie entra a la presidencia del Consejo de Ministros para evaluar ministros, sino que lleva a su grupo que responderá a su confianza, le será leal y le permitirá trabajar. Después de las escasas invitaciones a pocos medios periodísticos y contarnos de sus planes no expuestos y menos ejecutados respecto de la promoción de la inversión, el diálogo y el combate a la inseguridad ciudadana, no pasó a más. No tuvo liderazgo, fue complaciente y no dio pie en bola, de modo que nos quedamos sin un buen Presidente Regional y con un vacío de liderazgo que ahora ha sido reemplazado por un grupo más compacto y alineado.

 No caigamos en la hipocresía de trasladarle la culpa de la caída de Villanueva, la cual estaba por demás anunciada, a Nadine Heredia y al ministro Castilla, por el famoso desmentido de que no estaba en agenda el incremento de la Remuneración Mínima. Simplemente, el país ya no soportaba más la farsa de una falta de conducción política del gabinete ministerial con un Presidente del Consejo ausente o ninguneado, lo cual tampoco le favorecía al presidente Humala.

Cada vez que se puede, la clase política y la prensa arremeten contra la primera dama bajo el argumento de la pareja presidencial. Esta figura no existe constitucionalmente y estoy absolutamente en contra de que se conforme una dupla presidencial por razones conyugales o un poder paralelo. Ello, no obstante, no significa que Nadine Heredia no pueda asesorar a su marido presidente, que no pueda ejercer el cargo de primera dama de una forma más ejecutiva a lo que hemos estado acostumbrados o que no pueda ser operadora política de su partido. Si los ministros responden a ella, será su problema y asumirán su responsabilidad en todos los ámbitos. Si este fuera el escenario, se quedan de manera complaciente o se van. Así de fácil.

Nota publicada en eltiempo.pe