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REDES SOCIALES
Miércoles 05 de marzo 2014

Maduro no quiere paz

Por: Rubens Yanes
Maduro no quiere paz
Foto: globalpost.com

Maduro no quiere paz. Puede que anhele calma en las calles y que no haya más manifestaciones. Incluso puede que no quiera más muertes - al menos de su lado- pero paz verdadera no quiere. Lo ha demostrado durante las primeras dos semanas del conflicto que nos mantiene en zozobra, durante las cuales estuvo de parranda con sus seguidores, descalificaba a la oposición, difundía teorías de golpes y callaba ante los abusos de las fuerzas de seguridad de su gobierno.

Pero lo ha seguido demostrando durante las más recientes jornadas de la Conferencia de Paz, donde no pierde oportunidad de afilar los odios presentes entre los venezolanos. Mantiene posiciones intransigentes y soberbias, entre las que se cuentan la negativa a complacer las peticiones de aquellos que pretende sentar en la misma mesa, pero aún se niegan por desconfianza.

Quisiera Maduro poder sentar a Capriles y a la MUD, así como a los jóvenes estudiantes para que lo ayuden a acallar la calle. Pero éstos se han hecho la pregunta: "¿Cómo confiar en un tipo que dice que quiere hablar con uno y luego, frente a sus compinches, dice que no importa lo que uno diga, que él seguirá con sus planes? Y que uno es un bicho, malintencionado, desquiciado...". Así que impusieron algunas condiciones.

Los voceros oficiales responden con la tonta excusa de que "el gobierno no pone condiciones".  Pero es que acaso ¿podría ponerlas? ¿Cómo sería visto un gobierno que pusiera condiciones para discutir con sus ciudadanos? ¿Cuáles serían esas condiciones? Mientras los ciudadanos sean ciudadanos, no hay gobierno democrático que pueda imponer condiciones.

Así que el Presidente sigue dialogando con el espejo.

Tras bailarse la crisis, Maduro llamó al diálogo. Pero el llamado parece oportunista, más que oportuno. Llama al diálogo cuando quedó en evidencia ante el mundo que sus fuerzas represivas violaron los derechos humanos de centenares de personas. Cuando ya es imposible ocultar que su Sebin asesinó a los primeros manifestantes el 12F. Cuando las estrategias de represión y el alargamiento de días de ocio no logran enfriar la calle.

En el diálogo, los pocos adversarios a su gobierno que han asistido y algunos actores más neutrales le han pedido que doblegue sus posiciones, que entienda a quienes manifiestan y que haga gestos concretos para ratificar su deseo de paz. Pero nada concreto ha hecho. Nombrar comisiones y subcomisiones, redactar documentos y dar declaraciones de prensa llamando a "los que faltan" para que vengan a la mesa, dista mucho aplicar políticas públicas que busquen la paz.

Maduro debe entender que las concesiones a la MUD y a la oposición partidista apenas le darán un respiro ante la poblada que se mantiene en la calle. Aunque llegase a complacer la lista de peticiones presentadas y pudiera sentarlos en la mesa, si quiere paz aún deberá resolver el problema de las largas colas en los supermercados, de las madres que van a buscar a sus hijos a la morgue y de los miles de jóvenes que no ven futuro en este país.

Debe comenzar a tomar decisiones concretas (y quizás impopulares entre sus seguidores) en el ámbito económico, de seguridad ciudadana y en la arena política. Por ejemplo: reducir el gasto público y liberar el tipo de cambio, desarmar a los colectivos y castigar ejemplarmente a quienes han violado los DDHH, liberar a Leopoldo López y los demás presos políticos. Moderar su discurso.

Y ese último punto es vital, porque Nicolás habla y se desdice a cada momento. Uno, por ejemplo, se pregunta que si está tan convencido  de que "este es el año de profundizar la revolución", ¿para qué dialogar con él?

Si su irrenunciable misión es "establecer el socialismo" en nuestro país  -tal y como lo fijó el Supremo- y esta crisis se ha generado porque apenas se empiezan a sentir las primeras consecuencias de este camino, ¿de qué vamos a hablar? Para los socialistas que haya escasez, inflación, estancamiento y pobreza es lo cotidiano, como en Cuba.

Finalmente, si Nicolás ya dijo que no le importaba que le dijeran dictador y esto es un rollo armado por unos pocos sifrinitos, ¿cuál es su interés ahora en el diálogo?

Detalles:

No todo es culpa de Nicolás:

• En las sesiones de la Conferencia de Paz, la Defensora del Pueblo recomendó documentar bien las denuncias y dijo no estar al tanto de casos de violaciones a derechos humanos. En el testimonio de Marvinia Jiménez, la chica golpeada brutalmente por una GNB con su casco en Carabobo, ella afirma que un funcionario de la Defensoría del Pueblo quería hacerle firmar una declaración de que no había sufrido ningún daño.

• En las sesiones de la Conferencia de Paz, la Fiscal General de la República afirmó que los fiscales actuaban apeados a derecho. La periodista Andrea Jiménez de Los Salias dice en su testimonio haber sido detenida en pijamas -ya que estaba recién levantada- y sólo se asomó a ver una manifestación en las afueras de su residencia. Fue imputada por instigación a la violencia.

• Y en Venezuela, no se vieron los Oscar en señal abierta, pero no hay censura...

Nota publicada en eluniversal.com

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