Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
Labores de "inteligencia colectiva" realizadas por usuarios indignados ante atropellos a civiles desarmados durante las manifestaciones que estallaron en el mes de febrero, triangulan conocidos-contactos de personas allegadas para identificar a los agresores retratados por las cámaras de teléfonos celulares.
Facebook, la red social para las relaciones interpersonales, evolucionó a una oficina de participación ciudadana en la que sus componentes dedican buena parte de su tiempo para ilustrar severas agresiones a los derechos civiles, exhibir los rostros de oficiales de la Guardia Nacional que extralimitaron el uso de la fuerza con sus conciudadanos, relatar cronología de eventos de interés colectivo y armar un rompecabezas de intimidaciones a la propiedad privada.
Desde la tribuna de la comunicación social en los medios interactivos, vale la pena estudiar el nuevo "rol periodístico" que asumieron los usuarios de Venezuela al ocupar voluntariamente [movidos por la impotencia que les produce ver como la juventud es tratada como terrorista] la consigna de la "información veraz"; la cual fue eclipsada por los mecanismos de autocensura que se acordaron en las mesas de redacción de las principales estaciones de televisión del país.
Esa nueva dimensión de la transmisión periodística, propia de los estallidos sociales cuando exigen mejoras a su calidad de vida, representa un "punto de no retorno" en el andar democrático de la sociedad venezolana porque de la nada emergieron miles de "profesionales de periodismo de social media" que dejaron atrás a los medios tradicionales, partidos políticos, organizaciones civiles y movimientos activistas.
Ahora bien, es necesario revelar que también los usuarios del Facebook en Venezuela desarrollaron un extraordinario sentido analítico para identificar montajes, "ollas" y cortinas de humos para opacar una opinión pública que roza la objetividad periodística, ya que su pericia en Google, Twitter e Instagram le enseñó a contrastar la data con varias fuentes, remitirse al interlocutor original, y cuestionar a cada "reportero ciudadano" sobre la autenticidad de imágenes difundidas por sus amistades.
Bloquearon las redes de espionaje al estilo soviético en Facebook y Twitter
La evolución del ciberactivismo "a la venezolana" se multiplicó por diez desde del 12 de febrero, cuando fueron asesinados tres ciudadanos durante una marcha estudiantil, y penetró en las fibras del inconsciente colectivo de cada uno de los usuarios con participación activa en las redes sociales para anticipar a los delatores [conocidos localmente como "sapos"] que compilaban información privada desde páginas de Facebook o etiquetas de Twitter.
Esos mismos usuarios sin que ningún "experto" en seguridad informática les dijera como reconocer a los "espías", llevaron más allá su sentido analítico para bloquear cualquier acción de ésos perfiles "sospechosos" de colaborar con grupos ajenos a intereses democráticos.
Desde la tribuna de la psicología de la comunicación interpersonal, ese comportamiento se interpreta como una acción para salvaguardar la data privada y la integridad física al entender que en Venezuela la brecha que separa la "realidad" de las redes sociales sólo depende de un tweet.
Nota publicada en eluniversal.com
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