Menos Tecnócratas Más Tecnopolíticos

Caída libre en las encuestas, quince puntos en un mes es la presea atribuible al casi monosilábico de verbo, Ministro de Economía y Finanzas Miguel Castilla, con su aciaga medida de duplicar el sueldo a los ministros. Lo dije en su oportunidad, que los cinco puntos ganados por el manejo mediático del fallo de La Corte Internacional de la Haya, los perdería por el torpe e inoportuno incremento salarial elitista. Me quedé corto, triplicó el efecto negativo sobre el alicaído Humalismo. Como si no fuera suficiente sumó otra medalla, la felonía sobre su jefe de ese momento el Premier César Villanueva.

Incompetencia política de un tecnócrata es la conclusión.

Pero parece que el desplazamiento del elefante en la cristalería sigue adelante, pues el nuevo gabinete está lleno de tecnócratas sin “feeling” político alguno, son de los que piensan que el estado se maneja al igual que una sociedad anónima. Aquí lo que necesita la señora Heredia para revertir la situación es que los capitostes del estado reciban un entrenamiento en “fast track” de cómo deben actuar en un medio difícil como lo es el de la comunicación a la masa y a los agentes económicos.

Es la oportunidad para que aparezcan nuevos tecnopolíticos, es decir políticos con discurso que al menos parezca técnico, con capacidad de fraseo para la polémica. En los últimos cincuentaiocho años, pocos hemos tenido: Pedro Beltrán, Javier Silva Ruete, Manuel Moreyra, Manuel Ulloa y el último de los “moicanos” Pedro Pablo Kuczynski. Ojalá que la coyuntura alumbre algo diferente a los anodinos que nos hablan en difícil, con circunspección, sin cunda y sin capacidad de réplica. Por si acaso no tiene porque perderse la rigurosidad por hablar sencillamente.

La urgencia de una nueva forma de explicar al ciudadano y enfrentar las adversidades que impone el devenir diario de la vida pública, es innegable, tienen un Presidente con lenguaje cuartelario y una gobernanta con frases hechas por consejeros. Hoy que hay una oportunidad con René Cornejo en el premierato de cerrar contratos, ejecutar obras e inaugurarlas; lo cual puede significar un punto de inflexión favorable al gobierno; el comportamiento de los  voceros será importantísimo; de lo contrario obrando bien terminarán mal.