Mucho importa quién lo diga

Grover Pango, autor de estas líneas

Nos ha visitado el Nobel de Economía 1968, Paul Krugman. Sus opiniones han trascendido el ámbito de su especialidad y han tocado, entre otras cosas, la importancia de la educación. Para un hombre como Krugman la persona humana es esencialmente un ser productivo y la educación lo hace mejor como capital humano. Siempre hay algo más que parece no ser muy importante para estos pensadores –que la persona humana sea movilizada por una voluntad de trascendencia, por ejemplo- pero no estamos para discutirle a un Premio Nobel.

Mejor educación genera mayor productividad y más alta competitividad. Junto con instituciones estables, gobernabilidad en democracia y una distribución más justa de ingresos que desaparezca la pobreza, se puede alcanzar el desarrollo del país.

El ministro de economía ha admitido la necesidad de hacer una mayor inversión en el sector y el ministro de educación ha señalado que el déficit en infraestructura bordea el 10% del PBI. Lo dicho por ambos facilita la suposición de que algo importante se va a hacer en este aspecto. Así sea. Además en la agenda ministerial educativa está el concurso de directores así como una “reingeniería” en las UGEL. Y la aplicación clara de la ley de reforma magisterial. De nuevo: así sea.

Los esfuerzos nacionales requieren el complemento regional. Los pactos anteriores no parecen haber sido muy efectivos, pero en los cuales hay que insistir. Digámoslo de otra manera: los gobiernos regionales tienen que hacer esfuerzos significativos, firmes, claros, como los que ha hecho Moquegua en los últimos años. Ahora que vienen las elecciones regionales ya sabemos qué esperar. Que lo digan y lo hagan.