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Viernes 28 de marzo 2014

¿Metro de Lima o tren al abismo para el gobierno?

Por: César Gutiérrez
¿Metro de Lima o tren al abismo para el gobierno?
Foto: Difusión


César Gutiérrez, autor de estas líneas


Anuncio de ganador con postor único sería audacia suprema.

Anuncios inversores billonarios con la participación de numerosos interesados se ha convertido en sinónimo de promesa incumplida para el gobierno de la pareja Heredia-Humala. El origen está en el desconocimiento de los gestores de este tipo de procesos que creen que conseguir esas cifras y que arriben al Perú las megaempresas de construcción, es un asunto fácil. El pecado original, sin bautizo que le otorgue perdón, tiene su génesis en esa rémora que es hoy la agencia Proinversión. Luego se convierte en pecado venial cuando se anuncia con circunspección por los jerarcas del régimen, no hay malicias solo ignorancia,  y termina en pecado mortal cuando se trata de forzar para que se cumpla el deseo en realidad.

Lo reseñado ha sido el derrotero en la licitación de lotes petroleros, donde se vociferó que vendrían los gigantes mundiales de la industria de Oil & Gas, y no  han llegado ni las mypes del sector. En la misma línea los capitostes de la agencia promotora de inversiones salieron hace un año a pregonar en la prensa de papel color salmón, que habían 38 empresas interesadas en el Metro de Lima, para que al final la semana pasada se estrellaron contra la verdad monda y lironda, cuando se presentó un solo consorcio. Lo más grave es que se observa que existe mucha predisposición para darle la buena pro el próximo viernes a este solitario participante, conformado por las españolas: Iridium y FCC, las italianas Impregillo y Ansaldo y la peruana Cosapi.

Hay dos interrogantes de fondo: ¿está Proinversión en la facultad de designar al ganador del concurso con un solo postor? La respuesta es un sonoro sí, la segunda es: ¿deben tomar esa decisión de dar por ganador al postor único? Un enfático y sonoro no, es un deber decírselos.

Argumentos al canto se ha dicho. Para empezar estamos refiriéndonos a una decisión que implica inversiones del orden de los seis billones de dólares, donde habrá un cofinanciamiento con recursos de la caja fiscal, que tranquilamente pueden ascender a los cuatro billones de dólares. La gigacomisión investigadora que se conformará cuando el “humalismo” tenga que liar bártulos, será más grande que la locomotora y todos sus vagones, se los aseguro: ¿díganme donde firmo? Ha quedado flotando en el ambiente la duda por la cifra de inversión y la cuantía del cofinanciamiento. Los entusiastas dirán: ¡el consorcio se compromete y la suma está cerrada! Les respondo con la sapiencia de un pesimista, es decir un optimista con experiencia: una vez empezada la obra se convierte en tierra de nadie cuando el consorcio no tiene la espalda financiara suficiente, los adicionales estarán a la orden del día y a esas alturas el gobierno se convierte en rehén, pues ha cacaraeado demasiado la construcción y no puede permitirse que se detenga.

No hay nada más vigente que mi aserto, basta leer lo que ha ocurrido con la ampliación del Canal de Panamá, ganado en la ejecución del tercer juego de exclusas por el grupo constituido al alimón por Impregillo de Italia y la española Sacyr de Vallehermoso y en lo que corresponde en el cauce de acceso al Pacífico, a nada menos que a la española FCC, consorciada con la mexicana ICA y la costarricense Meco. Pues el primer consorcio ha intentado conminar al gobierno de Ricardo Martinelli para que les conceda adicionales de obra por 1.5 millones de dólares. Mientras que el segundo grupo registra severos retrasos constructivos. Como era de esperarse el elemento de presión ha sido la dilación en la ejecución que ya contabiliza 18 meses de plazo extemporáneo. Ojo señores: Impregillo y FCC forman parte del consorcio del Metro de Lima.

Lo vital que significa el cumplimiento de plazos para que no aparezcan los adicionales, es un tema central en el Metro de Lima, aquí se ha planteado desde el gobierno que se debe hacer entrega de la obra en cinco años dos meses. Hay discrepancias sobre el tiempo y no encontramos a la autoridad técnica indiscutible que nos diga que se puede cumplir en el tiempo indicado. Las versiones señalan que el plazo real será mayor.

Un punto adicional, que lo pondré como final por el momento, es la capacidad financiera del postor único: ¿ha hecho Proinversión un análisis de su capacidad de obtener recursos del sistema financiero, cuando están en diversos emprendimientos mundiales? Por ejemplo FCC participa en la construcción en Arabia Saudita del tren rápido entre La Meca y Medina. Sería indispensable que los ejecutivos que tienen a su cargo el proceso, con sus asesores y consultores nos muestren el análisis de posibilidades de endeudamiento. De no ser así no tendrían autoridad alguna para lanzarnos a la aventura de una construcción que la tendría que culminar el próximo gobierno.

Por lo dicho, que es parte de lo que se puede decir, mi apreciación es que se afine las múltiples aristas que se tienen y luego se haga una segunda convocatoria. Para este gobierno le dará lo mismo políticamente anunciar un ganador ahora o dentro de seis meses, pues la inauguración corresponderá a quien gobierne entre el 2016 y el 2021. Si hay precipitación para hacer un anuncio triunfalista el día viernes próximo, por todas los puntos que son materia de observación, la bulla mediática será intensa y se llevará por delante más puntos de la aprobación presidencial.

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