Viernes 26 de julio 2024 | Contáctenos
Cómo una propuesta innovadora de inversión pública, como la que lideró con eficiencia en su primera gestión el joven alcalde Salvador Heresi en San Miguel, se transforma en una gran palanca para el desarrollo que Lima necesita en estos días. Replicar este éxito en las zonas abandonadas de la capital será el desarrollo y progreso que los limeños merecen.
La avenida Costanera hasta hace doce años atrás era un descampado terral, completamente abandonado durante décadas por sus autoridades distritales y metropolitanas. La zona lucía abandonada y solo era frecuentada por personas de dudosa procedencia, sin iluminación, sin pistas ni veredas, incluso el mar se había tragado gran parte del acantilado costanero.
Frente a ese triste panorama, surgió la joven figura salvadora con una propuesta que para muchos vecinos resultaba descabellado y para otros sonaba a una promesa imposible de cumplir. Así el entonces novel burgomaestre, joven rostro de la política, emprendió sus esfuerzos para cumplir la propuesta ofrecida en campaña, organiza a los vecinos con un equipo de técnicos jóvenes ilusionados con el desarrollo de su distrito. El proyecto se fortaleció gracias al convenio que la comuna sanmiguelina realizó con el Ejército del Perú lo que redujo el costo de la obra y que al final de la misma cambió el rostro a las 30 cuadras, nuevas pistas y veredas, iluminadas, calles transversales recuperadas, un manto verde que con geo mallas y riego por goteo llenaron de vida el acantilado que durante más de 50 años tuvo la espalda e indiferencia de la capital.
No menos importante en esta ejemplar obra de desarrollo fue el cierre del hediondo colector costanero que hacía insoportable la vida de miles de vecinos, reduciendo no solo la contaminación aérea sino y sobretodo, la de las playas limeñas que hasta ahora siguen a la espera de un nuevo timonel, joven eficiente y con experiencia para la capital.
Cabe señalar en esta breve memoria que la recuperación de la franja costera de San Miguel generó desarrollo durante la última década y destierra estructuralmente las causas de la marginalidad y la delincuencia. La revalorización de US$30.00 a US$2,000 y hasta US$2,500 el m², se expresan en el boom inmobiliario frente al mar, cambiando para siempre el desolado panorama de terrenos baldíos, depósitos de reciclaje por modernas edificaciones frente a un mar que ahora luce bellos ocasos e incluso el paso de delfines.
La antítesis de la exitosa gestión de Heresi se observa hoy en la falta de planificación de la comuna metropolitana como el triste y célebre "olón" que se llevó las toneladas de arena fina que el municipio limeño gastó en vano para la playa La Herradura, o las eternas obras inconclusas como la nueva Costa Verde prometida para los distritos del cono sur, el puente John Lennon, la Costa Verde y la Costanera en San Miguel, por mencionar algunos.
En medio del escandaloso incremento en gasto de publicidad que recientemente se otorgó la MML en un 624% traducidos en 11.2 millones de soles, incluso supera de lejos a los de varios pliegos ministeriales, revela una desesperada medida de la alcaldesa para resaltar obras aún inconclusas, y realizar el autobombo en un año electoral, que obedece al deseo reeleccionista pese al 80% de rechazo a su gestión según las recientes encuestas.
Por: Salva Lima San Miguel
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