La obnubilación convenida de los agentes económicos

César Gutiérrez, autor de estas líneas

Observo con preocupación que los dirigentes empresariales están actuando de corifeos del gobierno, cosa que no les basta, pues también están oficiando de intermediarios para ayudar a salir a Nadine Heredia de los intríngulis políticos originados por su afán de mostrarse como el poder real en el Perú.

Hay cifras económicas coyunturales y otorgamiento de concesiones importantes y cuantiosas, que se publicitan como si estuviésemos en un régimen de excelencia de gestión y que es tomada a pies juntillas por los representantes del poder económico, que usan como coartada una que otra crítica ligera. La obnubilación convenida, mal sempiterno de los inmediatistas en el que no debemos caer los que opinamos públicamente.

En lo económico: contra una disminución nacional de la pobreza, hay hasta ocho regiones que han incrementado sus niveles, lo que no puede ser achacado todo a las antiindustrias extractivas; contra un otorgamiento de una buena cantidad de concesiones, está que el Estado participa en el cofinanciamiento con montos inéditos en la administración pública y que la inversión privada está disminuyendo. Problemas serios que merecen abordarse, pero cuya observación se ha dejado para los analistas independientes que nos lanzan las alertas, pero sin la fuerza política suficiente para obligar al gobierno a la búsqueda de salidas para revertir la situación.

En lo institucional hay dos temas gravísimos: el rol irrelevante del Presidente del Consejo de Ministros y el enfrentamiento entre el Tribunal Constitucional (TC) y el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).

En el primer caso, luego de enterarnos por declaraciones públicas de Nadine Heredia, que los ministros y sus asesores le consultan a ella, eso significa que el Premier está de adorno, a esa situación ha devenido la gestión de Ollanta Humala, redujo el premierato a un nivel de edecán, que tiene que hacer de mascarón de proa para sustentar las torpezas de la pareja gobernante. Finalmente el enfrentamiento entre el TC y el CNM nos muestra como republiqueta donde el sistema judicial no es garantía para los litigantes, sean personas naturales, instituciones o empresas. Así la confianza ganada con sacrificio de dos décadas, va camino a perderse.