Desprolijo manejo de los recursos naturales

La generalidad se está convirtiendo en el signo distintivo del comentario económico, basta lanzar unas cuantas cifras sobre las inversiones que se realizarán y los temas controvertidos se dan por cerrados, con opinión favorable al inversionista por supuesto. No habrá más espacio mediático para la polémica a pesar de que el interés del Estado pueda ser materia de grave perjuicio. Lo estamos empezando a experimentar en las concesiones hidroeléctricas, tema que está pasando desapercibido para el ciudadano medio.

Es imperioso hacer docencia y generar corriente de opinión para evitar este mal que va camino a ser endémico, avalado por autoridades cortoplacistas que buscan el reconocimiento fácil y la condes-cendencia con empresarios nada interesados en el beneficio estatal.En el sector eléctrico hace cuatro años se empezó a licitar compras de energía garantizadas por 20 años para proyectos de generación eléctrica en base a recursos renovables. Dentro de ellos se consideró a las centrales hidroeléctricas pequeñas, el tener una capacidad que no excediera los 20 megavatios (MW), fue la unidad de medida para entrar a este programa. Se han entregado derechos a hidroeléctricas hasta por 512 MW, lo que podría tomarse como una buena noticia, pero cuando se escudriña la información se empieza a identificar a proyectos que han ganado en los cuatro procesos realizados, que se encuentran en cuencas donde la hidrología y la altura de caída debe-rían ser mejor aprovechadas.

Es decir que pudiéndose tener centra-les de mayor capacidad se prefiere desperdiciar los recursos por proyectos más pequeños.Solo en dos casos se inutilizarán 120 MW, que para entender la trascendencia podemos afirmar que con esa cantidad se podría haber atendido a por lo menos a 120 mil suministros domiciliarios. Pero no solo eso, sino que se ha eliminado la posibilidad de inver-siones por 240 millones de dólares. Tremenda irresponsabilidad que subyace a los anuncios triunfalistas del gobierno y sus cori-feos.Lo más insólito de esta situación está en que la legislación es clara al exigir el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales, lo que está normado hace 22 años y precisado hace 2 años, es decir se desacata las leyes, la Contraloría queda notificada.