Por un tema de capacitación, desde la inauguración de la copa del mundo hasta el domingo 22, miro el mundial entre las salas de aeropuertos, en hoteles y pubs, y en un país que hace algunos años no hinchaba por el fútbol.
Compruebo que este torneo es una verdadera fiesta en la que tanto jugadores, directores técnicos, la FIFA y el público mundial disfrutan del espectáculo. La fiesta mundialista tiene sede geográfica en Brasil aun cuando la fiesta se vive apiñada en los hogares, restaurantes y bares. La fiesta está en la tele en el lugar que te encuentres y al que tengas acceso. Solo para mencionar dos ejemplos: ¿cuántos chinos y estadounidenses están prendidos a la tele? Ni llamen a los Morunos con su tema “Apaga la Tele”, pues se acabaría el mundial y los negocios.
Claro, no podría ser de otra forma, la producción televisiva de la FIFA es uno de los negocios más lucrativos y espectaculares con todos los derechos de transmisión reservados, de modo que la tendencia del fútbol defensivo a que nos han acostumbrado los participantes en mundiales pasados, cuando menos hasta el momento, está pasando a la historia.
A la gente le gusta los partidos bien jugados, con clase y muchos goles. Así las cosas, las estrellas tienen que brillar no sólo por su asistencia sino por su espectáculo, juego y goles. De esto los recordaremos. El nivel es competitivo altamente pero alejado de chauvinismos. Los hinchas disfrutan y aceptan las derrotas de un fútbol bien jugado. Lo importante además y, sobretodo, es la reivindicación de los goles.
En este Mundial el promedio de goles por partido supera ampliamente a los mundiales precedentes.
De esta manera es que el mundial es un gran negocio no porque Brasil se haya llenado de turistas, vuelos, incrementado la diversidad de servicios y hotelería, sino porque las mayores ganancias se las lleva la FIFA. Es una organización altamente eficiente. Por ello y por la sanidad del fútbol mundial, dicha organización debe ser lo más transparente posible y alejar los susurros de corrupción. Necesita del gobierno corporativo con gestión transparente, los comités de vigilancia y auditoría y los diversos actores deben tener participación activa en su gestión. Por lo demás: Vivan los goles.?
Nota publicada en eltiempo.pe