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Viernes 04 de julio 2014

Existía más de una razón para el desinterés de GDF Suez en el Gasoducto Sur Peruano

Por: César Gutiérrez
Existía más de una razón para el desinterés de GDF Suez en el Gasoducto Sur Peruano
Foto: Difusión


LA CAMPAÑA MEDIÁTICA LOCAL QUIERE OCULTAR LA REALIDAD

Los críticos al otorgamiento de la buena pro del concurso del Gasoducto Sur Peruano (GSP) utilizan un libreto donde la generalidad y el efectismo son sus mejores herramientas. No tocan el tema de fondo, la reducción de la participación del 25% al 2% de la empresa francesa GDF Suez, en el grupo empresarial con el cual participaban. Si Proinversión hubiese aceptado lo inaceptable, modificar extemporáneamente el consorcio, que así se entendía el solo hecho de variar la estructura porcentual de la conformación, lo cual era claro en las bases del concurso; todo hubiese sido color de rosa para los hoy fustigadores del proyecto, del Ministro de Energía y Minas y del Presidente del Comité del GSP de Proinversión.

Desde días antes de la presentación de sobres habían muchos elementos de juicio para prever que GDF Suez, empresa donde el estado francés tiene a la fecha el 36.7% del capital, iba a declinar. La información era pública y estaba muy relacionada con la venta de las acciones de la división de energía de la empresa Alstom, a la cual el estado galo había acudido con aporte dinerario para evitar la quiebra en el año 2003, que hicieron sonar las alarmas de la Comisión de la Competencia de la Unión Europea, en ese tiempo a cargo de Mario Monti, quien tiempo después se convertiría en el jefe de gobierno de Italia.

Desde los últimos días del pasado mes de Abril, el gobierno francés había expresado su discrepancia a través de su Ministro de Economía, Arnaud Montebourg, por la venta de acciones de la unidad de energía de Alstom, a favor de la norteamericana General Electric. Luego de meses de discusión desde El Elíseo llegó el visto bueno para el cierre de la operación con tres condiciones: que el centro de decisiones permanezca en París, que el estado comprará el 20% de la acciones de un total de 29.3% que tiene al grupo Bouygues, que es uno de los conglomerados más fuertes de la construcción y de las telecomunicaciones galas y finalmente que el precio de cierre para la multinacional estadounidense sería 12,350 millones de euros.

Las razones del gobierno de Francois Hollande para intervenir en esencia han sido dos: lo estratégico de la colocación en el mercado de las centrales nucleares, que es uno de los rubros de la empresa en venta y la protección laboral de los cerca de 18,000 trabajadores que tiene en Francia la otrora poderosa de los rubros energéticos, trenes de alta velocidad y cruceros de lujo.

Esta intervención significa que el estado francés tenga que pagarle al grupo Bouygues; 1,500 millones de euros (2,040 millones de dólares), por el 20% comprometido en adquirir. Este requerimiento económico, llevó a la necesidad de ofrecer a la venta el 3.1% de las acciones del estado en GDF Suez, reduciendo su participación a 33.6% en esta última.

Lo trascendente de estas decisiones son las fechas. Para empezar el gobierno galo decide las condiciones de venta de Alstom el día 20 de Junio, justo cuando en Lima, se cerraba el registro de cambios en los consorcios precalificados para concursar por la obra y operación del GSP. El día 24.06 es decir dos días antes de la entrega de los sobres 2 y 3 del concurso por el GSP, el Ministro de Economía, Arnaud Montebourg y el Finanzas, Michel Sapin, anuncian que venderán el 3.1 % de acciones de GDF Suez, esperando obtener 1,500 millones de euros (2,040 millones de dólares). Obviamente que en esas condiciones era previsible que en la bolsas de París y Frankfurt, donde cotiza la corporación se produciría una caída del valor de las acciones. Tan es así que el 23 de junio, un día antes del anuncio la acción el valor del papel era de 20.81 euros y el 25, ya había caído a 20.26 euro/acción, es decir 2.64%, que dada la capitalización bursátil de 7,160 millones de euros, significaba una desvalorización de nada menos de 189 millones de euros en tan solo dos días.

Si las fechas son elocuentes, las cifras también lo son. Para entender hay que comparar la inversión en la construcción del GSP con lo que se espera recaudar de la venta de acciones de GDF Suez. El consorcio perdedor del cual los franceses eran socios, han manifestado que el llamado costo del servicio que hubiesen ofertado ascendía a 7,192 millones de dólares. Costo del servicio se entiende como la suma a la fecha de la puesta en operación comercial (año 2019), de lo que se invertiría en la construcción más el valor actual de los flujos a 30 años por operación y mantenimiento del GSP (7% anual del monto total de la inversión). Si se hacen los cálculos a la tasa de descuento señalada en las bases del concurso, que es de 12% y un horizonte de operación comercial de 30 años, se tiene que la construcción le habría valido 4,603 millones de los 7,192 millones de dólares que dicen que iban a ofertar.

Conocido que la inversión en construcción hubiese sido 4,603 millones de dólares, de los cuales GDF Suez tendría que haber aportado el 25%, significaría que desde París tendrían que haber desembolsado nada menos que 1,151 millones de dólares, que representarían el 56% de lo que esperan recaudar por la venta de GDF, para comprar Alstom. Es más que obvio que eso no podía ocurrir y por tanto el retiro del GSP, era más que necesario, el magro 2% al que se anunció que se reducirían, era solo un gesto, pues estaba claro que por lo que se veía venir y los socios no la veían o no querían ver, que con los parisinos no se podía contar.

Así que señores del gimoteo con voceros desinformados, no tienen asidero, el devenir de los hechos en Europa, había llevado a que el grupo conformado por las subsidiarias de la colombiana TGI, la americana Suez y la argentina Techint, se quedara sin un integrante, GDF Suez. Lo más sensato hubiera sido no presentarse, pero quisieron forzar la situación con despliegue mediático contratado, para hacer creer que los habían descalificado arbitrariamente, la realidad era que el socio europeo los condujo a la descalificación. Así que señores de la comparsa de la perorata barata, no crean que somos ingenuos, su prédica es sin contenido y no todos estamos desinformados.

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