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Viernes 15 de agosto 2014

La competitividad en el Perú en el marco de un escenario desventajoso en infraestructura básica

Por: Juan Carlos Zevallos Roncagliolo - Laura Amable Sernaque
La competitividad en el Perú en el marco de un escenario desventajoso en infraestructura básica
Foto: gestionando.biz

En los tiempos actuales, el Perú ha ido ganando fuerte presencia internacional en materia de inversiones, desarrollo, tecnología y apertura de mercado. Sin embargo, y a pesar del reflote económico, entre otras reformas iniciadas desde los años 90, las cuales fueron continuadas e implementadas por los siguientes gobiernos, aún existe un gran espacio de crecimiento en lo que respecta a la infraestructura en los siguientes campos: infraestructura básica, científica, tecnológica, así como en lo concerniente a la salud, medio ambiente y educación, donde el Perú a nivel internacional tiene grandes desafíos por emprender. De acuerdo al reciente ranking mundial de competitividad del 2013, elaborado por Institute for Management Development (IMD), que toma en consideración diversos factores para determinar la competitividad, el Perú se ubicó en la posición 43 después de Chile. Evidentemente, si tomamos en consideración la situación general de algunos países latinoamericanos, como Colombia, Brasil, Argentina, Venezuela, podemos advertir que nos ubicamos un paso más adelante en factores como nuestro manejo económico, manejo de los negocios, pero no en el rubro de infraestructura, lo que resta competitividad a nuestro país.

Porter (1990) plantea la relevancia de la competitividad de un país y concluye que el éxito de las naciones se debe principalmente a las circunstancias del mismo que apoyan al desarrollo de la estrategia más adecuada para un sector en particular. Explica que las empresas que se encuentran en determinadas naciones logran el éxito internacional ya que son éstas las que otorgan características que permiten crear y mantener una ventaja competitiva.

No obstante lo dicho líneas atrás, si evaluamos con detenimiento el ranking general del IMD podemos establecer que nuestro país ha tenido un serio retroceso, continuo y permanente en lo que respecta a la referida infraestructura, siendo que actualmente se ubica en la plaza 60 de dicho ranking, lo cual resulta alarmante, más aún si queremos continuar en el camino del progreso, crecimiento económico y desarrollo integral de nuestro país. Para efectos de poder entender, el IMD como el indicador de competitividad a Nivel Mundial, es necesario definir a grandes rasgos el origen y finalidad de este estudio de competitividad. En tal sentido, podemos señalar que este informe de competitividad mundial es elaborado desde el año 1989 por el IMD que es una reconocida escuela de negocios procedente de Suiza. El IMD analiza un universo de 60 países a nivel mundial para determinar la posición competitiva de estos.

En el año 2008, el Perú pasó a integrar el ranking del IMD, en parte como producto de la alianza estratégica con Centrum Católica. Esto representa un gran avance, en materia de investigación aplicada al campo de la economía, los negocios, la infraestructura y el marco institucional sobre el que nuestro país desarrolla su actividad gubernamental, lo que incide en la instauración de las condiciones mínimas para la inversión, desarrollo tecnológico, social, económico e integral del país. Naturalmente, un país competitivo, es un país con un clima favorable y atractivo para la inversión y desarrollo constante que conduzca al progreso sostenido y equilibrado del capital, la sociedad y el estado. Este estudio elaborado por el IMD y Centrum, representan un indicador del nivel competitivo de nuestro país, en comparación con otras economías.

Bajo este contexto, es evidente que si pretendemos continuar con el crecimiento económico, político, social y cultural, se hace necesario implementar y fomentar el desarrollo de proyectos en áreas sociales que permitan la apertura del Perú a los mercados internacionales la inversión nacional en internacional y el desarrollo productivo. Siguiendo esta pauta, es fundamental promover conjuntamente con el sector privado en asociación con el estado, el desarrollo e implementación de proyectos de infraestructura básica en el campo agrícola, en telecomunicaciones, agua, desagüe, luz, entre otros servicios esenciales. Asimismo, resulta indispensable realizar estudios e investigaciones para promover el desarrollo y construcción de infraestructura tecnológica que permita integrar al Estado con la sociedad y sea un vehículo para el desarrollo personal e integral de la colectividad. Con esta medida, lo que se va a producir es un ambiente favorable a una educación integrada a un contacto directo del estado con las necesidades de su pueblo, la implementación de mecanismos efectivos de transparencia y control en el gobierno, así como procedimientos administrativos predecibles y a un costo menos oneroso.

Es importante que el gobierno en colaboración con el capital privado, se preocupen por incentivar la inversión en investigación y desarrollo científico, con la finalidad de convertir a los productores primarios en empresas por medio de un proceso de industrialización, de igual manera, la inversión en la promoción, preservación y sostenimiento de la salud en todo el país. Esto último se va a lograr si logramos articular las políticas públicas en materia de salud con las buenas prácticas empresariales. Para ello, es indispensable el empoderamiento del gobierno en lo que respecta a la fiscalización del cumplimiento de las políticas públicas de seguridad, salud ocupacional y promoción social. En este entendido, teniendo en cuenta que la salud es un derecho fundamental, es un deber del Estado en comunidad con el capital privado, fomentar la construcción de infraestructura en salud, promover aportes científicos a la medicina, e implementar los centros de salud con tecnología de punta que permita el acceso a la salud en condiciones ventajosas para todos. Asimismo, es necesario revisar los sistemas de seguridad social y la informalidad, ya que actualmente el acceso a la salud ha sido poco menos que deficiente. Esto se puede notar en que solo quien puede contratar una Entidad Prestadora de Salud (EPS) puede gozar de un acceso a planes de salud óptimos, pero que no están a la altura de los países del primer mundo.

En este camino al crecimiento sostenido de nuestro país, hacia una infraestructura competitiva y de calidad, debe tomarse en cuenta una inversión significativa en educación, como punto de referencia para el fomento del crecimiento personal e intelectual de todos los peruanos. Es indispensable el desarrollo de una agenda conjunta que permita una educación de talla internacional para revertir nuestra actual situación, ya que si tomamos en consideración el último ranking mundial de competitividad emitido por el IMD de Suiza, nuestro país se mantiene en el puesto 55 de la clasificación mundial de competitividad 2012-2013. En este sentido, es necesario fortalecer la asociación público-privada en educación, promover infraestructura de calidad, profesores y gerentes educativos innovadores que posibiliten una educación con visión de futuro que promueva líderes que aporten al desarrollo del país y estén preparados para afrontar retos profesionales, en diversos campos así como en la gestión pública y en el sector empresarial.

La infraestructura facilita la comunicación, acerca a los actores económicos, reduce las distancias, incrementa el tamaño de los mercados, genera la posibilidad de prestar nuevos servicios, entre otros beneficios. Un país con un buen nivel de infraestructura es aquel que cuenta con carreteras, rutas aéreas, vías ferroviarias, puertos, matriz energética, infraestructura de salud, educación y saneamiento, red de comunicaciones y las plataformas logísticas adecuadas, además del mantenimiento de esta red, que permitan establecer relaciones entre los agentes económicos e incrementar su productividad. (Consejo Nacional de la Competitividad, 2014)

El gobierno peruano necesita promover políticas orientadas a la preservación de la biodiversidad y del cuidado del medio ambiente a través del acceso a información pública, del fomento del desarrollo sostenible en las diversas industrias y del fortalecimiento de políticas de responsabilidad social y empresarial que le permitan a las empresas desarrollar su actividad productiva y extractiva con consciencia y seriedad. De igual modo, se necesita concientizar a la población y estudiantes de colegio y universidades, respecto de la importancia del cuidado del medio ambiente y del ecosistema. Asimismo, es aconsejable la implementación de proyectos que fomenten la protección del agua, los recursos naturales y del ecosistema, como por ejemplo: brindando incentivos al capital privado para desarrollar plantas de tratamiento de aguas servidas, centrales eólicas, el uso de material biodegradable y el fomento de proyectos que permitan a las empresas ser más eficientes, productivas y contaminar menos. De esta forma, se podrá asegurar un uso productivo y sostenible de los recursos naturales sin conflictuarse con la inversión nacional y extranjera.

A pesar de que la brecha de infraestructura es larga, lo que resta competitividad a nuestro país; los avances en lo que respecta al desarrollo institucional, económico y social han sido relativamente importantes, porque se ha logrado la apertura a la inversión, una constitución política que garantiza los derechos y libertades individuales y un clima atractivo para los negocios. Adicionalmente, para hacer del Perú un país altamente competitivo necesitamos consolidar su presencia como país emergente. En esta tarea, va a ser necesaria la voluntad política, así como el aporte de capital privado.

Es cierto que los problemas institucionales del Perú, que frenan su crecimiento, tales como la corrupción, la injerencia política, el riesgo país y la falta de gestión pública estratégica y económica, hacen aún más difícil la tarea de aspirar a un crecimiento económico y desarrollo sostenido basado en objetivos estratégicos de largo plazo; sin embargo, esto no debe ser un freno para poder forjar y aspirar a una mejor calidad de vida de los peruanos y tender a un crecimiento económico, consistente, sólido y sostenible que tenga como pilar fundamental una eficiencia gubernamental y empresarial que promuevan a gran escala los proyectos de infraestructura conjuntamente con la educación, la salud y el cuidado del medio ambiente para lograr un ambiente más favorable a la inversión, la inclusión social y al desarrollo tecnológico.

Si tomamos en consideración el porcentaje del PBI que el Perú destina a infraestructura en comparación con países como China, que invierte en promedio 10 por ciento y de los países desarrollados que destinan un seis por ciento, podemos advertir que la inversión que el Perú realiza en infraestructura que se encuentra alrededor del tres por ciento de su PBI es sustancialmente baja. Es decir, que si continuamos a este ritmo de inversión en infraestructura, podremos alcanzar a países como Corea, en un periodo no menor de 30 años. Esta cifra es alarmante, si tomamos en consideración la gran demanda que tiene el Perú de infraestructura. (Centrum Católica, 2013)

Por este motivo es necesario crear mecanismos que permitan una mayor agilidad en la ejecución de proyectos de inversión, con una clara visión a futuro que nos permita no solamente estar a la par de países competitivos, sino llegar a la excelencia operativa, gubernamental y en gasto público que posicione al Perú en un sitial de avanzada que, posibilite liderar el cambio hacia un modelo de gestión pública en infraestructura de vanguardia y altamente competitivo. Actualmente, es muy importante cubrir esta brecha de infraestructura para poder salvaguardar el crecimiento a largo plazo, ya que solo con infraestructura entre otros factores de competitividad, se podrá reducir paulatinamente los costos laborales, logísticos, de transporte y técnicos que nos brindarán una ventaja competitiva y comparativa como destino preferencial e inmejorable para la inversión extranjera, el desarrollo integral, la apertura del mercado y la institucionalización democrática del Perú. De esta manera podremos convertir estas debilidades y amenazas por la carencia de infraestructura, en verdaderas oportunidades para la mejora competitiva del país sustentada en el aprovechamiento de la inversión potencial en los diversos campos productivos. Más aún si tomamos en consideración que nos encontramos en una economía competitiva y globalizada que exige constantes cambios y condiciones mínimas para la canalización de la inversión.

En relación a las brechas de infraestructura que afectan la competitividad en el Perú, la Universidad de Pensilvania agrega lo siguiente cuando se refiere a la situación de la infraestructura del Perú y Colombia:
Tanto el gobierno de Colombia como el de Perú son conscientes de la situación actual y de la necesidad de invertir para mejorar su competitividad global. Solamente con grandes inversiones y proyectos ambiciosos seremos capaces de recuperar el sector productivo y proporcionarle una infraestructura que permita ser realmente competitivos. ¿Cuáles serían las causas básicas de la infraestructura precaria de esos países? ¿Cuál es el papel del gobierno a la hora de enfrentar esos desafíos? ¿Qué avances se lograron y cuáles son las perspectivas para garantizar que ese volumen mayor de inversión ponga fin a esa brecha en la infraestructura? ¿Qué están haciendo esos gobiernos y qué necesitan hacer para eliminar esa deficiencia? (Universia Knowledge Wharton (2014))

Según Castillo (2013) cuando se refiere a la situación de la infraestructura en el Perú, entre otros temas a la luz de los últimos resultados del World Economic Forum (WEF), establece que el índice de competitividad global le dio un golpe a las expectativas del Consejo Nacional de Competitividad ya que en efecto la competitividad del Perú cayó en los indicadores de infraestructura innovación, instituciones, salud y educación básica, pero subió en las categorías de entorno macroeconómico, eficiencia en el mercado de bienes, desarrollo del mercado financiero y tamaño de mercado, que han impulsado la medición de competitividad del país en los últimos años.

En conclusión, podemos señalar que crecimiento económico no necesariamente significa desarrollo, ya que este involucra factores preponderantes como lo es la infraestructura básica, tecnológica y científica, así como la inversión en educación, medio ambiente y el progresivo mejoramiento de la salud; porque solamente si sabemos articular el crecimiento económico con la promoción de la inversión en infraestructura con ayuda del capital privado, podremos mejorar las condiciones de vida de la sociedad peruana, aspirar al desarrollo productivo, promover la eficiencia y transparencia gubernamental, consolidar la competitividad de nuestro país, y por último lograr insertar al Perú en los primeros lugares del contexto internacional en materia de inversiones, en medio de un mundo cambiante, competitivo, globalizado y provisto de capitales en constante búsqueda de países que ofrezcan las condiciones más favorables para la inversión y los negocios.

Referencias

Castillo, N. (2013, 4 de setiembre). Perú retrocede en ocho indicadores del ránking de Competitividad Global. Recuperado de http://elcomercio.pe/economia/peru/peru-cae-ocho-indicadores-ranking-competitividad-global-wef-noticia-1626688

Centrum Católica. (2013). Suplemento especial: Ranking de Competitividad Mundial 2013. Strategia, 29, 2-11.

Consejo Nacional de la Competitividad. (2014). Infraestructura. Recuperado de http://www.cnc.gob.pe/images/upload/paginaweb/archivo/38/Infraestructura2_1.pdf 

Michael Porter (1990). “La ventaja competitiva de las naciones”, p. 108 - 185.

Universia Knowledge Wharton. (2014). Colombia y Perú: invertir en infraestructura para incrementar competitividad global. Recuperado de http://americaeconomia.com/negocios-industrias/colombia-y-peru-invertir-en-infraestructura-para-incrementar-competitividad-glob

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